Estando jugando con Jacinta y Francisco en lo alto, junto a Cova de Iría, haciendo una pared de piedras alrededor de una mata de retamas, de repente vimos una luz como de un relámpago.
-Está relampagueando- dije. Puede venir una tormenta. Es mejor que nos vayamos a casa.
-¡Oh si esta bien! contestaron mis primos.
Comenzamos a bajar el cerro llevando las ovejas hacia el camino. Cuando íbamos por mitad de la pendiente, cerca de una encina, que aun existe, vimos otro relámpago, y habiendo dado algunos pasos mas vimos sobre la encina una Señora vestida de blanco, mas brillante que el sol, esparciendo luz mas clara e intensa que un vaso de cristal lleno de agua cristalina atravesado por los rayos mas ardientes del sol. Estábamos tan cerca que quedamos dentro de la luz que Ella irradiaba.
Entonces la Señora nos dijo: -”No tengáis miedo. No os hago daño.”
-Yo le pregunte: ¿De dónde es usted?
-”Soy del Cielo.”
-¿Qué es lo que usted me quiere?
-”He venido para pediros que vengáis aquí seis meses seguidos el día 13 a esta misma hora. Después diré quien soy y lo que quiero. Volveré una séptima vez.”
-Pregunté entonces: ¿Yo iré al cielo?
-”Si iras”
-¿Y Jacinta?
-”Irá también”
-¿Y Francisco?
-”También irá, pero tiene que rezar antes muchos rosarios”
Entonces me acordé de dos amigas de mi hermana que habían muerto hacia poco.
-¿Está María de las Nieves en el cielo?
-”Sí, está”
-¿Y Amelia? de 18 ó 20 años
-”Estará en el purgatorio hasta el fin del mundo”.
Y entonces dijo:-“Queréis ofreceros a Dios para soportar todos los sufrimientos que El quisiera enviaros como reparación de los pecados con que El es ofendido y de suplica por la conversión de los pecadores?”
-Si queremos.
-”Tendréis, pues, mucho que sufrir, pero la gracia de Dios os fortalecerá”
Diciendo esto la Virgen abrió sus manos por primera vez, comunicándonos una luz muy intensa que parecía fluir de sus manos y penetraba en lo mas intimo de nuestro pecho y de nuestros corazones, haciéndonos ver a nosotros mismos en Dios, mas claramente de lo que nos vemos en el mejor de los espejos. Entonces, por un impulso interior que nos fue comunicado también, caímos de rodillas, repitiendo humildemente:
-Santísima Trinidad, yo te adoro. Dios mío, Dios mío, yo te amo en el Santísimo Sacramento.
Después de pasados unos momentos Nuestra Señora agregó:
-”Rezad el rosario todos los días para alcanzar la paz del mundo y el fin de la guerra”.
Acto seguido comenzó a elevarse serenamente, mientras la luz que la circundaba parecía abrirle el camino
SEGUNDA APARICIÓN DE LA VIRGEN: MIÉRCOLES 13 DE JUNIO
Establece la devoción al Inmaculado Corazón de María.
Después de rezar el rosario con otras personas que estaban presentes (unas 50) vimos de nuevo el reflejo de la luz que se aproximaba, y que llamábamos relámpago, y en seguida a Nuestra Señora en la encina, todo como en mayo.
-¿Qué es lo que quiere? -pregunté
-”Quiero que vengáis aquí el día 13 del mes que viene, que recéis el rosario todos los días y que aprendáis a leer. Después diré lo que quiero además”
-Le pedí la curación de una enferma. Nuestra Señora respondió:
-”Si se convierte se curara durante el año”
-Quisiera pedirle que nos llevase al cielo.
-”Si, a Jacinta y a Francisco los llevaré en breve, pero tu te quedarás algún tiempo mas. Jesús quiere servirse de ti para darme a conocer y amar. Quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón. A quien le abrazare prometo la salvación y serán queridas sus almas por Dios como flores puestas por mi para adornar su Trono.”
-¿Me quedo aquí solita?- pregunte con dolor.
-”No hija. ¿Y tu sufres mucho por eso? !No te desanimes! Nunca te dejaré. Mi Inmaculado Corazón será tu refugio y el camino que te conducirá a Dios.”
En ese momento abrió las manos y nos comunicó por segunda vez el reflejo de la luz inmensa que la envolvía. Jacinta y Francisco parecían estar en la parte de la luz que se eleva hacia el cielo y yo en la que se esparcía sobre la tierra. Delante de la palma de la mano derecha de nuestra Señora estaba un corazón rodeado de espinas que parecían clavarse en él.
Entendimos que era el Corazón Inmaculado de María, ultrajado por los pecados de la humanidad, y que quería reparación.
Francisco muy impresionado con lo que había visto, me pregunto después:
-¿Por qué es que la Virgen estaba con un corazón en la mano irradiando sobre el mundo aquella luz tan grande que es Dios? Tu, Lucía, estabas con Ella en la luz que bajaba a la tierra y Jacinta conmigo en la que subía al cielo.
Le respondí: -Es que tú, con Jacinta, iréis en breve al cielo. Yo me quedo con el Corazón Inmaculado de María en la tierra.
TERCERA APARICIÓN DE LA VIRGEN: VIERNES 13 DE JULIO
Momentos después de haber llegado a Cova de Iría, junto a la encina, entre numeroso público (4.000 personas) que estaban rezando el rosario, vimos el rayo de luz una vez mas y un momento mas tarde apareció la Virgen sobre la encina.
-¿Qué es lo que quiere de mi? -pregunté.
-”Quiero que vengáis aquí el día 13 del mes que viene, y continuéis rezando el rosario todos los días en honra a Nuestra Señora del Rosario con el fin de obtener la paz del mundo y el final de la guerra, porque solo Ella puede conseguirlo”.
-Dije entonces: Quisiera pedirle nos dijera quien es, y que haga un milagro para que todos crean que usted se nos aparece.
-”Continuad viniendo aquí todos los meses. En octubre diré quien soy y lo que quiero, y haré un milagro que todos han de ver para que crean”.
-”¡Sacrificaos por los pecadores y decid muchas veces, y especialmente cuando hagáis un sacrificio: OH, Jesús, es por tu amor, por la conversión de los pecadores y en reparación de los pecados cometidos contra el Inmaculado Corazón de María!”
Al decir estas últimas palabras abrió de nuevo las manos. El reflejo de la luz parecía penetrar la tierra y vimos como un mar de fuego y sumergidos en este fuego los demonios y las almas como si fuesen brasas trasparentes y negras o bronceadas, de forma humana, que fluctuaban en el incendio llevada por las llamas que de ellas mismas salían, juntamente con nubes de humo, cayendo hacia todos los lados, semejante a la caída de pavesas en grandes incendios, pero sin peso ni equilibrio, entre gritos y lamentos de dolor y desesperación que horrorizaban y hacían estremecer de pavor.
Los demonios se distinguían por sus formas horribles y asquerosas de animales espantosos y desconocidos, pero trasparentes como negros tizones en brasa. Asustados y como pidiendo socorro levantamos la vista a nuestra Señora, que nos dijo con bondad y tristeza:
-”Habéis visto el infierno, donde van las almas de los pobres pecadores. Para salvarlas Dios quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón. Si hacen lo que yo os digo se salvarán muchas almas y tendrán paz. La guerra terminará pero si no dejan de ofender a Dios en el reinado de Pío XI comenzara otra peor”.
“Cuando viereis una noche alumbrada por una luz desconocida sabed que es la gran señal que Dios os da de que va a castigar al mundo sus crímenes por medio de la guerra, del hambre, de la persecución de la Iglesia y del Santo Padre. Para impedir eso, vendré a pedir la consagración de Rusia a mi Inmaculado Corazón y la comunión reparadora de los primeros sábados. Si atienden mis deseos, Rusia se convertirá y habrá paz; si no, esparcirá sus errores por el mundo, promoviendo guerras y persecuciones de la Iglesia: los buenos serán martirizados; el Santo Padre tendrá que sufrir mucho; varias naciones serán aniquiladas.
Por fin, MI INMACULADO CORAZON TRIUNFARA. El Santo Padre me consagrará a Rusia, que se convertirá, y será concedido al mundo algún tiempo de paz. En Portugal el dogma de la fe se conservará siempre……(Aquí comienza la tercer parte del secreto, escrita por Lucía entre el 22 de Dic. 1943 y el 9 de Enero 1944). Esto no lo digas a nadie. A Francisco si podéis decírselo”.
-”Cuando recéis el rosario, decid después de cada misterio: “Jesús mío, perdónanos, líbranos del fuego del infierno, lleva todas las almas al cielo, especialmente las mas necesitadas”
Y Como de costumbre comenzó a elevarse en dirección a Oriente.
CUARTA APARICIÓN DE LA VIRGEN: VIERNES DOMINGO 19 DE AGOSTO
Domingo 19 de Agosto, en los Valinhos La Aparición no se realizo el día 13 de agosto en Cova de Iría porque el Administrador del Consejo apresó y llevó a Vila Nova a los pastorcitos con la intención de obligarles a revelar el secreto. Los tuvo presos en la Administración y en el calabozo municipal.
Les ofreció los mas valiosos presentes si descubrían el secreto. Los pequeños videntes respondieron:
-No lo decimos ni aunque nos den el mundo entero.
Los encerró en el calabozo. Los presos les aconsejaron:
-Pero decid al Administrador ese secreto. ¿Que os importa que esa Señora no quiera?
-¡Eso no, respondió Jacinta con vivacidad, antes quiero morir!
Y los tres niños rezaron con aquellos infelices el rosario, delante de una medalla de Jacinta colgada en la pared.
El administrador para amedrentarlos, mando preparar una caldera de aceite hirviendo, en la cual amenazaron asar a los pastorcitos si no hacían lo que les mandaban. Ellos, aunque pensaban que la cosa iba en serio, permanecieron firmes sin revelar nada.
El día 15 de agosto, fiesta de la Asunción, los sacó del calabozo y los llevo a Fátima.
Nos narra Lucía lo que sucedió en esta aparición:
Estuvimos con las ovejas en un lugar llamado Valinhos, Francisco y su hermano Juan, acompañándome, y sintiendo que algo sobrenatural se aproximaba y nos envolvía, sospechando que Nuestra Señora se nos aparecería y temiendo que Jacinta se quedaría sin verla, pedimos a su hermano Juan que le fuese a llamar.
Entretanto, Francisco y yo vimos el reflejo de luz que llamábamos relámpago y al instante de llegar Jacinta vimos a la Señora sobre la encina.
-¿Qué es lo que quiere usted?
-Deseo que sigáis yendo a Cova de Iría en los días 13, que sigáis rezando el rosario todos los días. El ultimo mes haré el milagro para que todos crean.
-Que es los que quiere usted que se haga con el dinero que la gente deja en Cova de Iría?
-Hagan dos bolsas, una para ti y Jacinta, para llevarla dos chicas mas vestidas de blanco y otra que la lleve Francisco con tres niños mas. El dinero de las bolsas es para la fiesta de Nuestra Señora del Rosario, y lo que sobre es para ayuda de una capilla que se debe hacer.
-Yo quisiera pedirle la curación de algunos enfermos.
-Si, a algunos curare durante el año.
Y tomando un aspecto muy triste, la Virgen añadió: “Rezad, rezad mucho y haced sacrificios por los pecadores, porque muchas almas van al infierno por no tener quien se sacrifique y rece por ellas”. Y la Virgen empezó a subir hacia Oriente, como de costumbre”.
QUINTA APARICIÓN DE LA VIRGEN: JUEVES 13 DE SEPTIEMBRE
Al aproximarse la hora fui a Cova de Iría con Jacinta y Francisco entre numerosas personas (30.000) que con dificultad nos dejaban pasar. Los caminos estaban apiñados de gente; todos nos querían ver y hablar.
Mucha gente del pueblo venían a pedirnos que presentáramos sus necesidades a Nuestra Señora. Otros, no pudiendo llegar junto a nosotros, clamaban de lejos.
Oíamos… -¡Pidan que me cure a mi hijo invalido!….a mi hijo ciego…a mi hija muda….que me traiga a mi esposo que esta en la guerra…que me convierta a un pecador…que estoy tuberculoso…etc…Allí aparecían todas las miserias de la pobre humanidad y algunos gritaban subidos a los arboles.
Por fin llegamos a Cova de Iría, y al alcanzar la encina comenzamos a decir el rosario con la gente. Un poco mas tarde vimos el reflejo de luz y acto seguido, sobre la encima, a nuestra Señora, que dijo:
-”Continuad rezando el rosario para alcanzar el fin de la guerra. En Octubre vendrá también nuestro Señor, Nuestra Señora de los Dolores y del Carmen, San José con el Niño Jesús para bendecir al mundo.
Dios esta contento con vuestros sacrificios, pero no quiero que durmáis con la cuerda puesta, llevadla durante el día.”(la cuerda la llevaban atada a la cintura). Era uno de las mas dolorosas mortificaciones que ofrecían por la conversión de los pecadores.
También no comían meriendas, dejaban de tomar agua. Pero mayores eran los sacrificios que exigía la misión que la Virgen les encomendó: las vejaciones, curiosidad, molestias de la gente, interminables visitas, preguntas, persecución, ridículo, prisión, etc.)
-”Curaré a algunos enfermos, pero no a todos. En Octubre haré el milagro para que todos crean.”
SEXTA APARICIÓN DE LA VIRGEN: SÁBADO 13 DE OCTUBRE, EL MILAGRO DEL SOL
Había gente en masa (70.000) bajo una lluvia torrencial. Por el camino, las escenas del mes pasado, mas numerosas y conmovedoras. Ni el barro de los caminos impedía a la gente arrodillarse en actitud humilde y suplicante.
Llegando a Cova de Iría, junto a la encina, pedí al pueblo que cerrasen los paraguas para rezar el Rosario. Poco después vimos el reflejo de luz y en seguida a la Virgen sobre la encina.
-¿Qué es lo que usted quiere?
-”Quiero decirte que hagan aquí una capilla en honor mío, que soy la Señora del Rosario, que continúen rezando el Rosario todos los días. La guerra esta acabándose y los soldados pronto volverán a sus casas.”
-¿Curará a los enfermos?
-”Unos si y otros no; es preciso que se enmienden; que pidan perdón de sus pecados. Y tomando aspecto mas triste dijo: -”Que no se ofenda mas a Dios Nuestro Señor, que ya es muy ofendido.”
EL MILAGRO DEL SOL
Y abriendo sus manos las hizo reflejar en el sol y, en cuanto se elevaba, continuaba el brillo de su propia luz proyectándose en el sol.
Y exclamé que todos mirasen al sol. Se da entonces el milagro del sol, prometido tres meses antes, como prueba de la verdad de las apariciones de Fátima.
La lluvia cesa y el sol por tres veces gira sobre si mismo, lanzando a todos los lados fajas de luz de variados colores. Parece a cierta altura desprenderse del firmamento y caer sobre la muchedumbre. Todos están atónitos. Los periodistas de los periódicos seculares que habían acudido incrédulos a desprestigiar los apariciones, tomaron fotos y dieron testimonio de aquel milagro en la prensa.
Al cabo de 10 minutos de prodigio el sol toma su estado normal.
Los tres niños eran favorecidos con otras visiones: Vimos al lado del sol a S.José con el Niño y a Nuestra Señora de los Dolores. El Niño Jesús parecía bendecir al mundo de la misma forma que S.José. Después se disipo esta visión y aparece Nuestra Señora del Carmen.
ULTIMA APARICIÓN DE LA VIRGEN DE FÁTIMA
El 13 de octubre es una fecha clave en la aparición de la Virgen, que en Cava da Iría, Portugal, se les había aparecido a 3 niños pastorcitos, analfabetos, en mayo de 1917 por primera vez.El 13 de octubre de 1917 se les aparece la Virgen por última vez y los 70.000 concurrentes ven la “danza del sol”.
El 13 de octubre de 1921 se permite por primera vez celebrar la Santa Misa en el lugar. Y el 13 de octubre de 1930 el obispo de Leira declara dignas de fe las apariciones y autoriza el culto de Nuestra Señora de Fátima…
Un mes antes, el 13 de septiembre, en la 5ª aparición, la Virgen María les pidió a los videntes que regresaran el 13 de octubre y les prometió que iba a hacer un milagro para que “todos crean”.
El 13 de septiembre se llegaron a reunir unas 25.000 personas. Rezaron los pastorcitos el rosario, tras lo cual se repitió el relámpago y tras él la aparición de la Virgen que comenzó a dialogar con Lucía:
- Quiero que vengáis aquí el día 13 de octubre y que continuéis rezando el rosario todos los días para alcanzar el fin de la guerra. El último día vendrá también San José con el Niño Jesús para dar la paz al mundo y Nuestro Señor para bendecir al pueblo.
Lucía le transmite los pedidos de curación de algunos enfermos, que Ella recibe satisfactoriamente. Y prosigue la conversación:
- ¡Haga un milagro para que toda la gente crea que Ud. se nos aparece!.
- Sí, en octubre haré un milagro para que todos crean.
Y la Virgen añadió: “Dios está contento con vuestros sacrificios, pero no quiere que durmáis con la cuerda; llevadla sólo durante el día”.
LA 6ª Y ULTIMA APARICIÓN DE LA SANTISIMA VIRGEN
Durante la noche del 12 al 13 de octubre había llovido toda la noche, empapando el suelo y a los miles de peregrinos que viajaban a Fátima de todas partes. A pie, por carro y carrozas venían, entrando a la zona de Cova por el camino de Fátima – Leiria, que hoy en día todavía pasa frente a la gran plaza de la Basílica. De ahí bajaban hacia el lugar de las apariciones. Hoy en día en el sitio está la capillita moderna de vidrio, encerrando la primera que se construyó y la estatua de Nuestra Señora del Rosario de Fátima donde estaba el encino.En cuanto a los niños, lograron llegar a Cova entre las adulaciones y el escepticismo que los había perseguido desde mayo. Cuando llegaron encontraron críticos que los cuestionaban su veracidad y la puntualidad de la Señora, quien había prometido llegar al medio día. Ya habían pasado las doce según la hora oficial del país. Sin embargo cuando el sol había llegado a su apogeo la Señora se apareció como había dicho.
- ¿Qué quieres de mi?
- Quiero que se construya una capilla aquí en mi honor. Quiero que continúen diciendo el Rosario todos los días. La guerra pronto terminará, y los soldados regresarán a sus hogares.
- Si, Si
- ¿Me dirás tu nombre?
- Yo soy la Señora del Rosario
- Tengo muchas peticiones de muchas personas. ¿Se las concederás?
- Algunas serán concedidas, y otras las debo negar. Las personas deben rehacer sus vidas y pedir perdón por sus pecados. ¡No deben de ofender más a nuestro Señor, ya es ofendido demasiado!
- ¿Y eso es todo lo que tienes que pedir?
- No hay nada más
Mientras la Señora del Rosario se eleva hacia el este ella tornó las palmas de sus manos hacia el cielo oscuro. Aunque la lluvia había cedido, nubes oscuras continuaban a oscurecer el sol, que de repente se escapa entre ellos y se ve como un suave disco de plata.
“¡Miren el sol!”
En este momento dos distintas apariciones pudieron ser vistas, el fenómeno del sol presenciado por los 70,000 espectadores y aquella que fue vista sólo por los niños. Lucía describe esta aparición en su diario.
LO QUE VIERON LOS VIDENTES
“Después que la Virgen se desapareció en la inmensa distancia del firmamento, vimos San José y al Niño Jesús que parecían estar bendiciendo el mundo, ya que hacían la señal de la cruz con sus manos. Un poco después cuando esta aparición terminó vi a Nuestro Señor y a Nuestra Señora, me parece que era lo Dolorosa. Nuestro Señor parecía bendecir al mundo al igual que lo había hecho San José. Esta aparición también desapareció y vi a Nuestra Señora una vez más, parecida a nuestra Señora del Carmen”. (Sólo Lucia vio la última aparición, anticipando su entrada al Carmelo unos años después).Estas serían las últimas apariciones en Fátima para Jacinta y Francisco. Sin embargo a Lucía nuestra Señora se la apareció una séptima vez en 1920, como lo había prometido la Señora el mes de mayo. Esta vez Lucía estaba en oración en la Cova antes de dejar Fátima para ir a un internado de niñas. La Señora vino para alentarla a que se dedicara enteramente a Dios.
Mientras los niños veían las diversas apariciones de Jesús, María y San José, la multitud presenció un prodigio diferente, el ahora conocido como el famoso milagro del sol.
O SECULO
(un periódico de Lisboa pro gobierno y anticlerical)
Desde el camino, donde estaban estacionados los vehículos donde cientos de personas se habían quedado ya que no querían vencer el lodo, uno podía ver la gran multitud volverse hacia el sol, que parecía sin nubes y estaba en su apogeo. Parecía una placa de pura plata y se podía mirar fijamente sin incomodar. Pudo haber sido un eclipse que sucedía en ese momento. Pero en ese mismo momento se produjo un gran grito, y uno podía escuchar a los espectadores más cercanos gritas: ¡un milagro! ¡un milagro!
Ante el asombro reflejado en los ojos de los espectadores, cuya semblanza era bíblica ya que todos tenían la cabeza descubierta, y que buscaban ansiosamente algo en el cielo, el sol temblaba, hizo ciertos movimientos repentinos fuera de las leyes cósmicas, el sol “danzaba” de acuerdo a las expresiones típicas de la gente.
Había un viejecito parado en las escaleras de un ómnibus con su rostro volteado hacía el sol que recitaba el credo en alta voz. Pregunté quien era y me dijeron que era el señor Joao da Cunha Vasconcelos. Lo vi después dirigiéndose a los que estaban a su alrededor con sus sombreros puestos y les imploró vehementemente que se descubrieran sus cabezas ante tan extraordinario milagro.
La gente se preguntaban los unos a los otros lo que habían visto. La gran mayoría admitió ver el sol danzando y temblando, otros afirmaban que habían visto el rostro de la Virgen Santísima. Otros juraron que vieron el sol girar como una rueda que se acercaba a la tierra como si fuera a quemarla con sus rayos. Algunos dijeron haber visto cambios de colores sucesivamente.
O DIA
(otro diario de Lisboa, edición 17 de octubre de 1917)
A la una en punto de la tarde, mediodía solar, la lluvia cesó, el cielo de color gris nacarado iluminaba la vasta región árida con una extraña luz. El sol tenía como un velo de gasa transparente que hacía fácil el mirarlo fijamente. El tono grisáceo madre perla que se tornó en una lámina de plata que se rompió cuando las nubes se abrían y el sol de plata envuelto en el mismo velo de luz gris, se vio girar y moverse en el circulo de las nubes abiertas. De todas las bocas se escuchó un gemido y las personas cayeron de rodillas sobre el suelo fangoso.
La luz se tornó en un azul precioso, como si atravesara el vitral de una catedral y esparció sus rayos sobre las personas que estaban de rodillas con los brazos extendidos. El azul desapareció lentamente y luego la luz pareció traspasar un cristal amarillo. La luz amarilla tiñó los pañuelos blancos, las faldas oscuras de las mujeres. Lo mismo sucedió en los árboles, las piedras y en la sierra. La gente lloraba y oraba con la cabeza descubierta ante la presencia del milagro que habían esperado. Los segundos parecían como horas, así de intensos eran.
TI MARTO (PADRE DE JACINTA Y FRANCISCO)
Podíamos mirar con facilidad el sol, que por alguna razón no nos cegaba. Parecía titilar primero en un sentido y luego en otro. Sus rayos se esparcían en muchas direcciones y pintaban todas las cosas en diferentes colores, los árboles, la gente el aire y la tierra. Pero lo más extraordinario para mí era que el sol no lastimaba nuestros ojos. Todo estaba tranquilo y en silencio y todos miraban hacia arriba. De pronto pareció que el sol dejó de girar. Luego comenzó a moverse y a danzar en el cielo, hasta que parecía desprenderse de su lugar y caer sobre nosotros. Fue un momento terrible.
MARÍA CAPELINHA (UNA DE LAS PRIMERAS CREYENTES)
Se transformó todo de diferentes colores, amarillo, azul y blanco, entonces se sacudió y tembló, parecía una rueda de fuego que caía sobre la gente. Empezaron a gritar “¡nos va ha matar a todos!”, otros clamaron a nuestro Señor para que los salvara, ellos recitaban el acto de contrición. Una mujer comenzó a confesar sus pecados en voz alta, diciendo que había hecho esto y aquello.
Cuando al fin el sol dejó de saltar y de moverse todos respiramos aliviados. Aun estabamos vivos y el milagro predicho por los niños fue visto por todos.
UN PROFESOR DE LA UNIVERSIDAD DE COIMBRA
Relación de los hechos que ofreció el doctor José Pröença de Almeida Garret, profesor de la Universidad de Coimbra y testigo ocular del prodigio solar de Fátima.
Estaba a un poco más de cien metros de unos postes levantados que sostenían una cruz rústica. Veía perfectamente, alrededor de este arco, el ancho círculo de la multitud, que con sus paraguas abiertos parecía un vasto campo de corazas. Poco después de la una llegaron a este lugar los niños, a quienes (según ellos aseguran) la Virgen les indicó el lugar, el día y la hora de la aparición.
Sería la una y media cuando se levantó, en el preciso lugar que ocupaban los niños, una columna de humo fino, tenue y azulado, que subió recto hasta unos dos metros, tal vez, por encima de las cabezas y se desvaneció a esta altura. Este fenómeno, perfectamente visible a simple vista, duró algunos segundos (…). El humo se disipó bruscamente, y, al cabo de cierto tiempo, volvió a producirse por segunda y por tercera vez.
…el sol había traspasado la densa capa de nubes que le tenían oculto para brillar clara e intensamente. Me volví hacia este imán que atraía todas las miradas y le pude ver parecido a un disco de bordes nítidos y vivo en el centro, luminoso y brillante, pero sin que dañase a la vista (…). No se parecía en nada a la luna en una noche transparente y clara, pues se le veía y se le sentía como a un astro vivo. No era esférico, como la luna; tampoco tenía su tonalidad ni sus claroscuros. Parecía un disco plano y pulimentado, tallado en el nácar de una concha. ESTO NO ES UNA COMPARACIÓN TRIVIAL DE POESÍA BARATA. MIS OJOS ASÍ LO VIERON.
La bóveda celeste estaba teñida de tenues cirrus, con anchos espacios azules aquí y acullá; pero el sol se destaco muchas veces EN EL CIELO DESPEJADO. Las nubes, que se deslizaban tranquilas de este a oeste no amortiguaban la luz del sol (la cual no dañaba a la vista)… Es maravilloso que durante un tan largo espacio de tiempo se haya podido contemplar aquel astro, foco de luz y centro de calor, SIN QUE PERJUDICASE LA VISTA Y SIN UN DESLUMBRAMIENTO QUE CEGASE LA RETINA.
Este disco nacarado tenía el vértigo del movimiento, el cual no consistía solamente en el centelleo de un astro en plena vida, sino que giraba realmente sobre sí mismo a una velocidad impetuosa. De nuevo se oyó un clamoreo, como un potente grito de angustia de todo ese pueblo. Conservando la velocidad de su rotación, el sol se desprende del firmamento y, rojo como la sangre, avanza sobre la tierra, amenazando aplastarnos bajo el peso de su inmensa masa ígnea. Fueron unos segundos de terrorífica impresión.
Durante el fenómeno solar que acabo de describir detalladamente, hubo en la atmósfera coloraciones impresionantes (…). Temiendo una afección en la retina -hipótesis poco probable, pues en tal caso no hubiera visto las cosas de color violeta-, cerré los párpados y los mantuve tapados con mis manos para interceptar la luz. Me volví y, abriendo de nuevo los ojos, observé que, como antes, el paisaje y la atmósfera seguían siempre con el mismo color violeta. La impresión que se tenia no era la de un eclipse. Yo he visto un eclipse total de sol en Viseu (…). Todas las personas parecían estar enfermas, afectadas de ictericia. Me sonreía al verlas tan feas y con tan mala cara. Oí que otros también se reían. Mi mano tenía el mismo color amarillo.
OBSERVÉ TODOS ESTOS FENÓMENOS QUE ACABO DE CITAR Y DESCRIBIR TRANQUILA Y sERENAMENTE, SIN NINGUNA EMOCIÓN NI SOBRESALTO. A otros incumbe explicarlos o interpretarlos.
OTROS TESTIMONIOS
Yo estaba mirando hacia el lugar de las apariciones, esperando serena y fríamente que algo sucediera, y con una curiosidad en descenso por que había pasado mucho tiempo sin que sucediera nada que me llamara la atención, entonces escuche miles de voces gritar y vi que la multitud de pronto se volteó hacia el lado contrario, sus espaldas en contra del sitio donde yo tenía dirigida mi atención y miré al cielo del lado opuesto.
La hora legal era cerca de las 2 de la tarde, alrededor del medio día solar. EL sol unos momentos antes había aparecido entre unas nubes, las cuales lo ocultaban y brillaba clara e intensamente. Yo me volví hacia el magneto que parecía atraer todas las miradas y lo vi como un disco con un aro claramente marcado, luminoso y resplandeciente, pero que no hacía daño a los ojos.
No estoy de acuerdo con la comparación que escuchado han hecho en Fátima y la de un pesado disco plateado. Era un color más claro rico y resplandeciente que tenía algo del brillo de una perla. No se parecía en nada a la luna en una noche clara porque al uno verlo y sentirlo parecía un cuerpo vivo. No era una esfera como la luna ni tenía el mismo color o matiz. Perecía como una rueda de cristal hecha de la madre de todas las perlas. No se podía confundir con el sol visto a través de la neblina (por que no había neblina en ese momento), porque no era opaco, difuso ni cubieroa con un velo. En Fátima daba luz y calor y aparentaba un claro cofre con un arco bien difundido.
La danza del sol duró unos 15 minutos y mientras tanto, unos lloraban, otros gritaban de admiración o terror, muchos se arrodillaban y pedían perdón a Dios y a la Virgen. Al finalizar el milagro, la gente pudo comprobar que sus ropas estaban completamente secas. Aquel día se produjeron maravillosos milagros de sanaciones y conversiones.
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