Dirígete a Mi, de este modo:
Padre Tierno, no descargues tu ira sobre esta generación,
no sea que perezca por completo.
No dejes caer sobre Tu rebaño la aflicción y la angustia,
porque las aguas se secarán y la naturaleza se marchitará.
Todo sucumbirá ante tu ira sin dejar huella tras de sí.
¡El ardor de Tu Aliento inflamará la tierra transformándola en un yermo!
Desde el horizonte se verá una estrella.
La noche sufrirá estragos y las cenizas caerán como la nieve en invierno,
cubriendo a Tu pueblo como fantasmas
Ten Piedad de nosotros, Dios, y no nos evalúes duramente.
¡Acuérdate de los corazones que se regocijan en Ti y Tú en ellos!
¡Acuérdate de tus fieles y no dejes que Tu Mano caiga con fuerza sobre nosotros!
Antes bien, en Tu Misericordia,
levántanos e implanta Tus preceptos en cada corazón.
Amén.
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