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Sagrados Corazones Unidos del AMOR SANTO

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Sagrados Corazones de Jesús y María, unidos en el amor perfecto,
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lunes, 27 de marzo de 2017

A los pies del Santísimo se puede cambiar el mundo...



Los cinco minutos del Espíritu Santo
"Ven Espíritu Santo, entra en mi pequeño corazón para que pueda reconocer la grandeza del Padre Dios, y no le dé tanta importancia a mi imagen. Regálame una gran sencillez, para que reconozca claramente que yo no soy, ni puedo ser, el centro del universo. Entonces, los demás no tienen la obligación de estar pendientes de mí, girando a mi alrededor.
Prefiero girar alrededor del Padre Dios, para adorarlo, y alrededor de los demás, para servirlos. Dame la gracia de ser más sencillo para vivir feliz cada momento sin estar pendiente de mí mismo y de la mirada ajena.
Toma, Espíritu Santo, todos mis orgullos y vanidades, y quema todo eso con tu fuego divino. Dame la sencillez de los santos, la alegría humilde de Francisco de Asís, la generosidad desinteresada de Teresa de Calcuta.
Ven Espíritu Santo, y regálame esa profunda sabiduría de la sencillez interior.
Amén."

miércoles, 20 de abril de 2016

10 Beneficios sobrenaturales de la invocación el Santo Nombre de Jesús

Cómo acceder al mayor poder universal.

El nombre de Jesús tiene poder sobrenatural, porque representa a su Persona y es una forma de vivir su presencia en nosotros.

velas encendidas

Al invocar el nombre de Jesús con confianza obtenemos 10 beneficios, que son los que exponemos aquí.

Leer También:

¿QUÉ SIGNIFICA EL NOMBRE DE JESÚS?

El nombre Jesús viene del griego Iesous que se deriva del arameo, Yeshu. Significa “Yaweh es la salvación.” `
El Santo Nombre de Jesús es, ante todo, una oración todopoderosa. Nuestro Señor mismo solemnemente promete que todo lo que pidamos al Padre en su nombre lo recibiremos. Por tanto, cuando decimos: “Jesús,” pidamos a Dios por todo lo que necesitamos con absoluta confianza de ser escuchados.
Y por esta razón, la Iglesia termina su oración con las palabras, “por Nuestro Señor Jesucristo”, que da a la oración una eficacia nueva y Divina.
Cada vez que decimos: “Jesús”, le damos a Dios alegría infinita y gloria, porque le ofrecemos todos los méritos infinitos de la Pasión y Muerte de Jesucristo. 
Cada vez que decimos “Jesús”, dejamos claramente saber que deseamos ofrecer a Dios todas las Misas que se dijeron de todo el mundo para todas nuestras intenciones.
Cada vez que decimos “Jesús,” es un acto de amor perfecto, porque nosotros ofrecemos a Dios el amor infinito de Jesús.
El Santo Nombre de Jesús llena poco a poco nuestras almas con una paz y alegría que nunca tuvimos antes.
El Santo Nombre de Jesús nos da fuerza para que nuestros sufrimientos se conviertan en luz y sean fáciles de llevar.
jsesus sagrado corazon

10 BENEFICIOS DE LA INVOCACIÓN DEL NOMBRE DE JESÚS


BRINDA AYUDA A LAS NECESIDADES CORPORALES

Según la promesa de Cristo:
“En mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas nuevas, agarrarán serpientes en sus manos y aunque beban veneno no les hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán bien” (Marcos 16, 17-18).
 En el Nombre de Jesús los Apóstoles dieron fuerza a los lisiados (Hechos 3, 6; 9, 34) y vida a los muertos (Hechos 9, 40).

DA CONSUELO EN LAS AFLICCIONES ESPIRITUALES

Somos rescatados de la angustia, la tribulación, la tristeza y el dolor (Sal. 118:5, 50:15, 116:3-4).
El Nombre de Jesús le recuerda al padre del Hijo Pródigo (Lucas 15: 11-32) y al Buen Samaritano (Lucas 10: 25-37) y le recuerda al justo el sufrimiento y la muerte del inocente Cordero de Dios.

NOS PROTEGE DE SATANÁS Y SUS ENGAÑOS

Porque el demonio teme el Nombre de Jesús, quien lo ha vencido en la Cruz.
Ante un peligro, invocar el nombre de Jesús ayuda a superar el trance y a obtener seguridad emocional.
salvacion

OBTENEMOS TODA BENDICIÓN Y GRACIA EN EL TIEMPO Y LA ETERNIDAD

Cristo dijo: “lo que pidáis al Padre os lo dará en mi nombre.” (Juan 16:23).
Es refugio seguro durante la vida y en la hora de la muerte.
Por eso la Iglesia concluye todas sus plegarias con las palabras: “Por Jesucristo Nuestro Señor…”.

DISFRUTAMOS LAS RIQUEZAS DE CRISTO

Romanos 10:12 dice que el Señor de todos es “rico para con todos los que le invocan”. Prestemos atención a la palabra “rico”.
Invocar no solamente nos salva de muchas cosas negativas, sino también es la manera de que disfrutemos en nuestra experiencia de cuán rico es Cristo.

SOMOS SALVADOS 

Como creyentes, al invocar el nombre del Señor reforzamos nuestra conversión para que no caigamos y podamos ser salvos en el final para vivir la vida que hay después de la muerte física en la Tierra.
Romanos 10:9 dice:
“si confiesas con tu boca a Jesús como Señor, y crees en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo”. 
¡Invocar el nombre del Señor nos trae salvación para la vida eterna!
El Nuevo Testamento nos muestra varios ocasiones de los creyentes que invocaron el nombre del Señor Jesús en diferentes situaciones (Hechos 2:21).
adoracion

PARTICIPAMOS DE SU MISERICORDIA

Quienes repitan el nombre de Jesús tendrán el exceso de su misericordia, su amor, la gracia de la perseverancia final, y no morir sin su gracia.
Y son llenos del Espíritu (Salmo 86:5; Hechos. 2:17, 21).
Con la repetición las almas tibias se vuelven fervorosas y las almas fervorosas se elevan a niveles de gran perfección

SOMOS ILUMINADOS

Cuando invocamos a Jesús, Dios no da la luz para ver nuestra verdadera condición.
Y cada vez que le invocamos él inyecta luz en nuestra vida y en la resolución de nuestros problemas.
“El pueblo asentado en tinieblas vio gran luz; y a los asentados en región de sombra de muerte, luz les resplandeció” (Mateo 4:16).
“Os escribo un mandamiento nuevo, que es verdadero en él y en vosotros, porque las tinieblas van pasando, y la luz verdadera ya alumbra” (1 Juan 2:8).

OBTENEMOS UN ESPÍRITU DE ARREPENTIMIENTO

Todos cargamos con pecados y culpas, de algunos tenemos conciencia y de otros aún no.
Al ser expuesta nuestra verdadera condición por la fuerte iluminación del Señor, a través de invocar su nombre, experimentamos un cambio de manera de pensar.
Descubrimos lo que hacemos mal y podemos obtener la gracia y la fuerza para rectificar nuestro comportamiento.
senor de los milagros

CONFESAMOS LOS PECADOS, SOMOS PERDONADOS, GANAMOS INDULGENCIAS

Tantas veces como invoquemos el Nombre de Jesús y de María  podremos ganar una indulgencia de 300 días, por decreto de Pío X, el 10 de octubre de 1904.
Es también necesario, para ganar la indulgencia papal al momento de la muerte, pronunciar aunque sea mentalmente el Nombre de Jesús.
Al ser iluminados por el Señor nos arrepentimos y somos llevados a confesar nuestros pecados. De esta manera, disfrutamos del beneficio del perdón de Dios.
“Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad” (1 Juan 1:9).
El Señor Jesús, además de perdonarnos, elimina y anula el registro de la deuda que teníamos con Dios en la cruz. Es decir que tenemos un “registro limpio” delante de Él.
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10 beneficios sobrenaturales de la Invocación del Nombre de Jesús

UNA FORMA SIMPLE PARA INVOCAR EL NOMBRE DE JESÚS

Los padres del desierto, los monjes, han desarrollado  lo que se denomina “oración a Jesús”, conocida también como “oración del corazón”.
Es una breve fórmula que se repite constantemente y a nivel mental,
“Señor Jesús, Hijo de Dios, ten piedad de mí”
Algunas veces se dice así
“Señor Jesús, Hijo de Dios, ten piedad de mí, pecador”
Esta fórmula es la que recomendamos para invocar el nombre de Jesús.

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martes, 18 de agosto de 2015

NO APAGUÉIS AL ESPÍRITU.



EL AMÉN
17.07.1996 

Oración al Espíritu Santo.

¡Oh luz!
¡Oh luz inaccesible
tres veces Santa!
¡Ven!
¡Desciende ahora y no vengas
sólo a quienes Te invocan
porque han oído de Ti,
sino también a los
que nunca Te han conocido!
¡Ven! ¡Oh lámpara de nuestro cuerpo!
Ven y corrige a todos los que
nunca Te han comprendido.
Ven a todos los que Te temen,
ven y desvela Tus tesoros ocultos,
estos tesoros guardados para nuestro tiempo,
¡Ven! ven y revela los Santos Rostros
del Padre y del Hijo.
¡Ven y revélate a Ti Mismo, Espíritu Santo!
Ven, mi Amigo,
pues Tú eres la luz deslumbrante
de nuestro corazón.
Ven desde lo alto y revístenos
con Tu poder y esplendor.
Ven y alójate dentro de nosotros y
haz de Tu morada
un lugar de oración,
pues Tú eres la Constante Oración.
¿Ves cuán desnudos estamos ahora sin Ti?
Ven y haz brillar Tu Luz en esta
oscuridad.
Tú eres La Promesa,
Tú eres nuestro Amor,
Tú eres nuestra Luz.
¡Sí! ¡Tú eres La Promesa!
Tú eres de Quien las Escrituras dicen:
"Nunca volverá a ser de noche otra vez y
no necesitarán luz de lámpara o de sol,
porque el señor Dios brillará sobre ellos" 1

Tú eres nuestra Garantía de nuestra herencia,
Santo sea Tu Nombre y Bendito,
Tú eres la perla inapreciable e inestimable.
Tú eres el esplendor de nuestra alma,
Tú eres el Banquete y nuestra alegría,
Tú eres el Compañero Irresistible
de nuestra vida.
Tú eres el Trono del pobre de espíritu,
Tú eres el Reino de los reinos,
el Imperio de los imperios.
Oh Huésped de nuestra alma,
¡ven y libéranos!
Amén. 

(Habla el Espíritu Santo)

-Mi niña, la oración es tu arma, y Yo
, Yo puedo sacarte del poder de la oscuridad para colocarte en lo que una vez pensaste de Mí: la Luz Inaccesible y el Tesoro Inalcanzable. En Mi Poder Glorioso, Mi niña, tú puedes obtener tu fuerza, tu delicadeza y tu paciencia. Tú puedes obtener perseverancia, y en Mí y a través de Mí, tú puedes clamar: "¡Amén! Y Yo, El Amén, el Único Fiel, el Testigo Verdadero, el Origen Último de la creación de Dios, ¡te escucharé! Como el estampido del trueno descenderé sobre ti para darte libertad y llevarte a la unión con Nuestra Unidad, llenándote con la absoluta plenitud de Nuestra Santidad Trinitaria. ¡Un bautismo de fuego está cayendo sobre ti, creación! Un bautismo tan añorado, a fin de hacer otra vez todas las cosas nuevas.

Hija, proclama el Reino de Dios y no dejes que nadie te estorbe... 
2 . ¡Pide la Fuente de Agua Viva, para que venga sobre ti como un Manantial para refrescarte!
Esperanza de esperanzas, ¿puedo realmente pedirte que desencadenes a los que están todavía encadenados?
-¡Pídelo! ¿No has oído que la libertad se tiene que hallar en Mí?. 3 . Yo te digo: Vendré sobre quienes nunca Me buscaron, aunque sus corazones permanecieron como los de los niños. Yo revelaré Mi poder glorioso a aquellos que nunca Me consultaron siquiera. Yo iré donde no soy proscrito. La hora de clasificar ha llegado. El tiempo de revelar las gloriosas riquezas del Reino ha llegado. El tiempo de gracia está sobre vosotros. Por esto te digo de nuevo: tú, que formas parte del Cuerpo de Cristo, ven, y ambiciona Mis dones a fin de que puedas penetrar plenamente en el Misterio de Cristo. Y no seas como los apóstatas que dejaron de buscar lo que es recto. Y tú que dices a quienes Me invocan: 4 "esta oración no está en mi dominio", Yo te pregunto: "¿es posible que no Me hayas escuchado? ¿es posible que no Me hayas visto? ¿es posible que no Me hayas comprendido? ¿tengo que decir ahora que Me estás resistiendo? Tú pretendes tener conocimiento de Mí pero las cosas que dices y haces no son sino una negación de Mis gracias. 5 . La paz sea contigo. Superviviente de esta gran Apostasía, glorifica Nuestro Nombre tres veces Santo y danos alabanza íntimamente.
(Entonces, el Espíritu Santo abrió mi boca y la llenó con alabanzas para Dios)

Doy gracias y alabanzas
al imponente Señor,
tan estupendamente grande.
¡Mira! ¡El que hace brillar Sus Rayos
que deslumbran mis ojos, no es otro
que mi Padre!
¡Oh Adorno Brillante
de los Cielos!
La grandeza de Tu Nombre
me ha liberado,
Y alzando mi oído sólo un poco,
recibí Tu Palabra
de Tu Boca.
Y ahora:
¡Canto de alegría a Dios,
mi Padre!
Grito de triunfo al Ungido,
¡Jesucristo, mi Salvador!
Mi Prometido 6 ,
¡Oh Deleite de los deleites!
Yo Te amo por hacerme Tu amiga.
Y ahora, clamo con todo mi corazón:
"¡Amén! mi celo me está quemando
por anunciar y proclamar
Tu Amor Fiel!
Haré Tu Voluntad y traeré
a tantos como pueda
en unión con Tu Unicidad,
a fin de que también ellos
sean llenados con la
absoluta plenitud de
Tu Santidad Trinitaria."
Amén. 

-Que tus caminos permanezcan firmes en hacer Nuestra Voluntad. En tus días Yo soy la piedra que desecharon los constructores, aunque Yo soy la piedra angular de la Iglesia. La libertad y el amor se ha de hallar en Mí y, sin embargo, Yo soy rechazado por tu generación, pues ellos no Me han comprendido... Ellos apenas Me consultan... Mira, Yo soy como una tierra fértil, si siembras tus semillas en Mí, tu cosecha será: Vida Eterna, y el Paraíso será tu hogar. Ven a Mí sin tardar y Yo te haré rico, por medio de tu pobreza; fuerte, a través de tu debilidad; celoso y fiel, mediante tu miseria; un Altar vivo para Nuestra Santidad Trinitaria, a través de tu nada. Ven a Mí con temor y trémulo y Yo haré de ti un intrépido guerrero de vuestro tiempo, para alistarte a San Miguel y su ejército 
7 y luchar en la gran batalla de vuestro tiempo. Yo soy una oración incesante en ti y donde tu careces Yo lleno; siempre accesible al pobre y al sencillo. Ven y agárrame... Ven y poséeme y Yo te moldearé en Mi Santidad 8 , ofreciéndote Mis Inestimables dones, haciéndote parte de Nosotros 9 y uno en Nosotros, para ir y reconstruir las ruinas de Nuestro Santuario. Tú que has venido del desierto, ven y entra en Mis aguas profundas y Mis olas te bañarán y te refrescarán. No Me temas, ¿no has oído, Mi amiga, que Yo convertiré la tierra seca en un mar? Pues desde los cielos derramaré sobre vosotros Mis dones y Mis favores. Así como los cielos llueven a cántaros ante la Presencia de Nuestra Santidad Trinitaria, de este modo Yo derramo Mi Presencia sobre toda la humanidad. Medita en esto. ¿Nosotros? 
-Sí, por siempre. 



1 Ap 22,5
2 Creo que esto se dijo así: "Nadie será capaz de impedir que se proclame el Reino"
3 El Espíritu Santo
4 Invocando al Espíritu Santo mientras impones las manos a la gente -Servicio de Sanación-
5 El Espíritu Santo de Dios se dirigió entonces a mí una vez más
6 Alusión a Ef 1,13
7 al mismo tiempo oí: 'ángeles'
8 además oí al mismo tiempo: 'Divinidad'
9 Santísima Trinidad


LA VERDADERA VIDA EN DIOS

jueves, 2 de febrero de 2012

ORACIÓN Y PREPARACIÓN


La Coronilla de la Divina Misericordia

Cómo rezar la coronilla de la DIVINA MISERICORDIA:



La coronilla de la Divina Misericordia es rezada, usando un Rosario común, de cinco decenas. La coronilla de la Divina Misericordia es precedida por dos oraciones de apertura, del diario de Santa Faustina y seguida por una oración final.



Cruz: haga la Señal de la Cruz

En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

1.    En la cuenta grande: Inicio (2 opcional Oraciones)



Expiraste Jesús, pero la fuente de la vida brotó para las almas y un océano de misericordia se abrió para el mundo entero. Oh Fuente de Vida, Misericordia Divina inagotable, envuelve a todo el mundo y vacíate sobre nosotros.

Oh Sangre y Agua que brotaron del Corazón de Jesús como una fuente de Misericordia para nosotros, Jesús en ti confío.

1.    Cuenta pequeña: Padre Nuestro



Padre Nuestro que estás en los Cielos, santificado sea Tú Nombre, venga a nosotros Tú Reino, hágase Tú Voluntad así en la Tierra como en el Cielo.

Danos hoy el pan de cada día, perdona nuestras ofensas como nosotros perdonamos a los que nos ofenden, no nos dejes caer en tentación y líbranos del mal. Amén.

1.    Cuenta pequeña: Ave María



Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

1.    Cuenta pequeña: Credo



Creo en Dios Padre Todopoderoso, creador del cielo y de la tierra y en Jesucristo, su único Hijo, Señor Nuestro, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María la Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilatos, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos y resucitó al tercer día, subió a los cielos, donde está sentado a la derecha del Padre y desde ahí vendrá con Gloria a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, en la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y en la vida eterna. Amén

En las cinco cuentas grandes de cada decena:

Padre Eterno, te ofrezco el cuerpo, sangre, alma y divinidad de Tú Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero.

En las 10 cuentas pequeñas de cada decena:

Por su dolorosa pasión, ten Misericordia de nosotros y del mundo entero.

Terminar con Santo Dios (Repetir 3 veces)

(Donde normalmente rezamos el “Gloria al Padre, gloria al Hijo y gloria al Espíritu Santo…”)

Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero.

Oración final (opcional)

Eterno Dios, en quién la misericordia es infinita y el tesoro de compasión inagotable, Míranos compasivamente y aumenta tu misericordia en nosotros. Que en los momentos difíciles, no nos desesperemos, ni nos desalentemos, pero con gran confianza, nos sometamos a tu Santa Voluntad, que es el amor y la misericordia en sí misma. Amén.


El Santo Rosario (tradicional)

Las 15 promesas de Nuestra Señora a los cristianos que rezan el Santo Rosario:

1.    Todo aquel que Me sirve fielmente rezando el Rosario, recibirá señales de gracias.

2.    Yo prometo Mi especial protección y las mayores gracias a aquellos que rezan el Rosario.

3.    El Rosario será un arma poderosa contra el infierno, destruirá los vicios, disminuirá el pecado y vencerá las herejías.

4.    El hará que las virtudes y las buenas costumbres florezcan; obtendrá para las almas una gran misericordia de Dios; librará el corazón de los hombres del amor por el mundo y sus vanidades y los levantará para el deseo de las cosas eternas.

5.    El alma que se encomienda a Mí con el rezo del Rosario, no perecerá.

6.    Todo aquel que reza el Rosario devotamente, aplicándose a la consideración de sus Sagrados misterios, nunca será dominado por la desgracia. Dios no lo va a castigar con Su justicia, no perecerá de una muerte imprevista, si fuese justo, permanecerá en la gracia de Dios y se volverá digno de la vida eterna.

7.    Todo aquel que tuviera una verdadera devoción al Rosario, no morirá sin los Sacramentos de la Iglesia.

8.    Aquellos que fuesen fieles al rezo del Rosario, tendrán durante su vida y en la hora de su muerte, la luz de Dios y la plenitud de sus gracias y en el momento de la muerte, ellos participarán en los méritos de los Santos en el Paraíso.

9.    Yo libraré del Purgatorio, a aquellos que se dicaren devotamente al Rosario.

10.  Los hijos fieles al Rosario merecerán un alto grado de gloria en el Cielo.

11.  Ustedes obtendrán todo lo que pidan a Mí con el rezo del Rosario.

12.  Todos aquellos que propaguen Mi Rosario serán socorridos por Mi, en sus necesidades.



1.    Yo conseguiré de Mi Divino Hijo, que todos los defensores del Rosario tendrán como intercesores, toda la corte celestial en vida y en la hora de la muerte.

2.    Todos los que recen el Rosario, son Mis hijos y hermanos de Mi único Hijo, Jesucristo.

3.    La devoción a Mi Rosario, es una gran señal de predestinación.



¡Prepárese para una buena confesión!

Examen de conciencia para adultos

Creo en un Salvador que Me ama, que perdona mis pecados y que me da la gracia de volverme santo. Jesucristo, a través del ministerio de Sus sacerdotes, hace ambas cosas en el Sacramento de la Penitencia.

“Así como el Padre Me envió, también Yo os envío…Recibid el Espíritu Santo. A quien le perdonareis los pecados, les serán perdonados, a quién se los retuviereis les serán retenidos.” (Juan 20, 21-23)

“Aunque tus pecados sean como escarlata, quedarán blancos como la nieve.” (Isaías 1, 18)

“No vine a llamar a los justos, sino a los pecadores.” (Mateo 9, 13)

“Los hombres reciben de Dios un poder que no fue dado a los ángeles ni a los arcángeles. Nunca fue dicho a los espíritus celestes, “lo que atareis o desatareis en la tierra será atado o desatado en el Cielo.” Los príncipes de este mundo solo pueden atar y desatar el cuerpo, el poder del Sacerdote va más allá, alcanza el alma y se ejerce no solo al bautizar, pero aún más en perdonar los pecados. No lo olvidemos pues, al confesar nuestras faltas. Quien se avergüenza de revelar sus pecados a un hombre y no los confiesa, será avergonzado en el Día del Juicio en la presencia de todo el Universo.” (San Juan Crisóstomo, Tratado sobre los sacerdotes, Lib.3)

Oración para antes de la Confesión:

Señor, iluminadme para verme a mí mismo tal como Vos me veis y dadme la gracia de arrepentirme, verdadera y efectivamente de mis pecados. Oh Virgen Santísima ayudadme a hacer una buena confesión.

Cómo confesarse:

Antes de más, examine bien su conciencia. En seguida, diga al sacerdote qué pecados específicos cometió y con la mayor exactitud posible, cuantas veces los cometió desde la última buena confesión. Solo es obligado confesar los pecados mortales, visto que puede obtener el perdón de sus pecados veniales a través de sacrificios y obras de caridad. Si tuviera duda de si un pecado es mortal o venial, mencione al confesor la duda. Recuérdese también de que la confesión de pecados veniales, ayuda mucho a evitar el pecado y avanzar en dirección al Cielo.

Condiciones necesarias para un pecado mortal:

1.    Materia grave.

2.    Reflexión suficiente.

3.    Pleno consentimiento de la voluntad.



Consideraciones preliminares:

1.    ¿Alguna vez dejé de confesar un pecado grave o conscientemente disfracé o escondí el tal pecado?

Nota: Esconder deliberadamente un pecado mortal, invalida la confesión y es igualmente pecado mortal. Recuérdese que la confesión es privada y sujeta a Sigilo Sacramental, lo que quiere decir es pecado mortal que un sacerdote revele a quien quiera que sea, la materia de una confesión y si, cualquier sacerdote hiciere esto, este delito es castigado por la Iglesia, con la excomunión de este sacerdote.

¿Alguna vez fui irreverente con este Sacramento, no examinando mi conciencia con el debido cuidado?

¿Alguna vez dejé de cumplir la penitencia que el sacerdote me impuso?

¿Tengo cualesquiera hábitos de pecado grave que deba confesar pronto en el inicio (por ejemplo impureza, alcoholismo, etc.)?



PRIMER MANDAMIENTO:

Yo soy el Señor tu Dios. No tendrás dioses extraños delante de Mí. (Incluyendo pecados contra la Fe, Esperanza y Caridad)

1.¿Descuidé el conocimiento de mi fe, tal como el Catecismo lo enseña, tal como el Credo de los Apóstoles, los Diez Mandamientos, los Siete Sacramentos, el Padre Nuestro, etc.?

2. ¿Alguna vez dudé deliberadamente de alguna enseñanza de la Iglesia, o lo negué?

3. ¿Tomé parte en un acto de culto no católico?

4. ¿Soy miembro de alguna organización religiosa no católica, de alguna sociedad secreta o grupo anti-católico?

5. ¿Alguna vez leí, con conciencia de lo que hacía, alguna literatura herética, blasfema o anti-católica?

6. ¿Practiqué alguna superstición (tales como horóscopos, adivinación, tabla Ouija, espiritismo, magia blanca, magia negra, candomblé, umbanda, vodoo,…etc.?

7. ¿Omití algún deber o práctica religiosa por respeto humano?

8. ¿Me encomiendo a Dios diariamente?

9. ¿He rezado fielmente mis oraciones diarias?

10. ¿Abusé de los Sacramentos de alguna manera? ¿Los recibí con irreverencia, como, por ejemplo, la comunión en la mano sin obedecer los principios y las siete reglas promulgadas por el Papa Pablo VI, como siendo obligatorias en este caso?

11. ¿Cambié a Dios, a Nuestra Señora, a los Santos, a la Iglesia, a los Sacramentos o a cualquier cosa santa?

12. ¿Fui culpado de gran irreverencia a la Iglesia, como, por ejemplo, en conversaciones, comportamiento o el modo como estaba vestido?

13. ¿Fui indiferente en cuanto a Mi fe católica, creyendo que una persona puede salvarse en cualquier religión o que todas las religiones son iguales?

14. ¿Presumí en cualquier momento, que tenía garantizada la misericordia de Dios?

15. ¿Desesperé de la misericordia de Dios?

16. ¿Detesté a Dios?

17. ¿Di demasiada importancia a alguna creatura, actividad, objeto u opinión?

SEGUNDO MANDAMIENTO:

No tomarás el Nombre del Señor tu Dios en vano.

1.    ¿Juré en el nombre de Dios, falsamente, impensadamente o en asuntos triviales o sin importancia?

2.    ¿Murmuré o me quejé en contra de Dios (blasfemia)?

3.    ¿Me maldije a mi mismo o a otra persona o creatura?

4.    ¿Provoqué a alguien a ira, para hacer maldecir o blasfemar a Dios?

5.    ¿Quebré una promesa hecha a Dios?



TERCER MANDAMIENTO:

Recuerda santificar el Día Domingo

1.    ¿Falté a misa en domingo o día de guardar?

2.    ¿Llegué atrasado a misa en domingo o día de guardar o salí más temprano por mi culpa?

3.    ¿Hice que otras personas faltaran a misa en domingo o día de guardar o que salieran más temprano o llegaran más tarde?

4.    ¿Estuve distraído a propósito durante la misa?

5.    ¿Hice o mandé hacer trabajo servil innecesario en domingo o día de guardar?

6.    ¿Compré o vendí cosas sin necesidad en domingo o día de guardar?



CUARTO MANDAMIENTO:

Honra a tu padre y a tu madre

1.    ¿Desobedecí a mis padres, les falté al respeto, me descuidé en ayudarles en sus necesidades o en la compilación de su testamento o me rehusé a hacerlo?

2.    ¿Mostré irreverencia en relación a personas en posición de autoridad?

3.    ¿Insulté o dije mal de los sacerdotes o de otras personas consagradas a Dios?

4.    ¿Tuve menos reverencia para personas de edad?

5.    ¿Traté mal a mi esposa o a mis hijos?

6.    ¿Fui desobediente a mi marido o le falté al respeto?

7.    Sobre mis hijos:

¿Descuidé sus necesidades materiales?

¿No traté de hacerles bautizar temprano? *

¿Descuidé su educación religiosa correcta?

¿Permití que ellos descuidaran sus deberes religiosos?

¿Consentí que se encontraran o enamoraran sin haber hipótesis de celebrar matrimonio en el futuro próximo? (San Alfonso propone un año en lo máximo)

¿Dejé de vigilar las compañías en que andan?

¿Dejé de disciplinarles cuando es necesario?



¿Les escandalicé discutiendo con mi cónyuge en frente de ellos?

¿Les escandalicé diciendo imprecaciones y obscenidades en frente de ellos?

¿Guardé la modestia en mi casa?

¿Les permití que usaran ropa inmodesta (minifaldas, pantalones ajustados, vestidos o camisetas ajustados, blusas transparentes, pantalones cortos muy cortos, trajes de baño muy reveladores, etc.)?

¿Les negué la posibilidad de casarse o de seguir una vocación religiosa?



*Un niño debe ser bautizado cerca de una semana o diez días después de su nacimiento.

QUINTO MANDAMIENTO:

No matarás

1.    ¿Busqué, deseé o apresuré la muerte o el herimiento de alguien?

2.    ¿Alimenté odio contra alguien?

3.    ¿Oprimí a alguien?

4.    ¿Deseé vengarme?

5.    ¿Provoqué enemistad entre otras personas?

6.    ¿Discutí o luché contra alguien?

7.    ¿Deseé mal a alguien?

8.    ¿Quise herir o matar a alguien o intenté hacerlo?

9.    ¿Me rehúso a hablar con alguien o tengo resentimiento con alguien?

10.  ¿Me alegré de la desgracia ajena?

11.  ¿Tuve celos o envidia de alguien?

12.  ¿Hice o intenté hacer un aborto o aconsejé a alguien que lo hiciera?

13.  ¿Estoy usando el DIU (dispositivo intrauterino) o píldoras del día siguiente? (practicar el sexo con DIU o píldoras del día siguiente ES ABORTO!!! Si la mujer quedó embarazada)

14.  ¿Mutilé el cuerpo innecesariamente de alguna manera?

15.  ¿Consentí pensamientos de suicidio, deseé o intenté suicidarme?

16.  ¿Me embriagué o use drogas ilícitas?

17.  ¿Comí demás o no como lo suficiente por descuido?

18.  ¿Dejé de corregir a alguien dentro de las normas de la caridad?

19.  ¿Causé daño al alma de alguien, especialmente niños, dando escándalo a través del mal ejemplo?

20.  ¿Hice mal a mi alma, exponiéndola intencionalmente y sin necesidad a tentaciones, como programas de TV, música reproblable, playas, etc.?



SEXTO Y NOVENO MANDAMIENTOS:

No cometerás adulterio

No codiciarás a la mujer (hombre) del prójimo

1.    ¿Negué a mi cónyuge sus derechos matrimoniales?

2.    ¿Practiqué el control de la natalidad (con píldoras, dispositivos, interrupción)?

3.    Abusé de mis derechos matrimoniales de algún otro modo?

4.    ¿Cometí adulterio o fornicación (sexo antes del casamiento)?

5.    ¿Cometí algún pecado impuro contra la naturaleza (homosexualidad, lesbianismo, etc.)?

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1.    Toqué o abracé a otra persona de forma impura?

2.    ¿Intercambié besos prolongados o apasionados?

3.    ¿Practique el intercambio prolongado de caricias?

4.    ¿Pequé impuramente contra mí mismo (masturbación)?

5.    ¿Consentí en pensamientos impuros o tuve placer en ellos?

6.    ¿Consentí en deseos impuros para con alguien o deseé conscientemente ver o hacer alguna cosa impura?

7.    ¿Me entregué conscientemente a placeres sexuales, completos o incompletos?

8.    ¿Fui ocasión de pecado para otros, por usar ropa ajustada, transparente, corta o de algún modo inmodesta?

9.    ¿Hice alguna cosa, deliberadamente o por descuido, que pudiese provocar pensamientos o deseos impuros en otra persona?

10.  ¿Leí libros indecentes o vi figuras obscenas?

11.  ¿Vi películas o programas de televisión sugestivos o pornografía en internet o permití que mis hijos lo vieran?

12.  ¿Usé lenguaje indecente o conté historias indecentes?

13.  ¿Oí tales historias de buena voluntad?



19. ¿Me jacté de mis pecados o me deleité en recordar pecados antiguos?

20. ¿Estuve en compañías indecentes?

21. ¿Consentí en miradas impuras?

22. ¿Dejé de controlar mi imaginación?

23. ¿Recé inmediatamente para apartar malos pensamientos y

tentaciones?

24. ¿Evité la pereza y la gula, la ociosidad y las ocasiones de impureza?

25. ¿Fui a bailes inmodestos o piezas de teatro indecentes?

26. ¿Me quedé solo sin necesidad, en compañía de alguien del sexo opuesto?

Note bien: No tenga recelo de confesar al sacerdote, cualquier pecado impuro que haya cometido. No esconda o intente disfrazarlo. El sacerdote está ahí para ayudar y perdonar. Nada de lo que pueda decir lo escandalizará, por eso, no tenga miedo, por más avergonzado que esté.

SETIMO Y DÉCIMO MANDAMIENTO:

No Robarás

No codiciarás los bienes del prójimo

1.    ¿Robé alguna cosa, qué y cuánto?

2.    ¿Dañé la propiedad de otro?

3.    ¿Dejé echar a perder, por negligencia, la propiedad de otro?

4.    ¿Fui negligente en guardar dinero o bienes de otros?

5.    ¿Hice trampas o defraudé a alguien?

6.    ¿Jugué en exceso?

7.    ¿Me rehusé a pagar alguna deuda o me descuidé en su pago?

8.    ¿Adquirí alguna cosa que sabía que era robada?

9.    ¿Dejé de devolver alguna cosa que era prestada?

10.  ¿Dañé a mi patrón, no trabajando como se esperaba de mí?

11.  ¿Fui deshonesto con los salarios de mis empleados?



1.    ¿Rehusé a ayudar a alguien que necesitaba urgentemente de auxilio o me descuidé en hacerlo?

2.    ¿Dejé de restituir lo que robé o obtuve por embuste o fraude? (pregunte al sacerdote cómo puede restituir, o sea, devolver al legítimo dueño, lo que le robó?

3.    ¿Tuve envidia de alguien por tener lo que no tengo?

4.    ¿Codicié los bienes de alguien?

5.    ¿He sido avaro?

6.    ¿He sido ambicioso y envidioso, dando demasiada importancia a los bienes y comodidades materiales? ¿O mi corazón se inclina más para las posesiones terrenas o para los verdaderos tesoros del Cielo?



OCTAVO MANDAMIENTO:

No levantarás falso testimonio contra tu prójimo

1.    ¿Mentí a respecto de alguien (calumnia)?

2.    ¿Mis mentiras causaron a alguien daños materiales o espirituales?

3.    ¿Hice juicios temerarios, respecto a alguien (esto es, creí firmemente, sin pruebas suficientes, que el prójimo era culpable de algún defecto moral o crimen)?

4.    ¿Dañé el nombre de alguien, revelando faltas auténticas, pero ocultas (maledicencia, difamación, etc.)

5.    ¿Cometí injuria o contumelia, esto es; dañé injustamente la honra del prójimo en su presencia?

6.    ¿Cometí detracción, esto es, dañé injustamente la fama del prójimo ausente?

7.    ¿Revelé los pecados de otra persona?

8.    ¿Fui culpado de hacer intrigas (esto es, de contar algunas cosas desfavorables que alguien dice de otra persona, para crear enemistad entre ellas)?

9.    ¿Di crédito o apoyo a la divulgación de escándalos sobre mi prójimo?

10.  ¿Juré en falso o firmé documentos falsos?

11.  ¿Soy crítico o negativo sin necesidad o falto a la caridad en mis conversaciones?

12.  ¿Lisonjeé a otras personas, e.g., alabándolas fingidamente, para obtener así algún provecho?




Las obras de Misericordia, espirituales y corporales

¿Me descuidé de en el cumplimiento de las obras siguientes, cuando las circunstancias me lo pedían?

Las siete obras de Misericordia espirituales

1 Corregir a los que erran.

2 Enseñar a los ignorantes.

3 Dar buen consejo.

4 Consolar a los tristes.

5 Sufrir con paciencia las debilidades del prójimo.

6 Perdonar las injusticias por amor a Dios.

7 Rogar a Dios por los vivos y por los difuntos.

Las siete obras de Misericordia corporales

1 Dar de comer la que tiene hambre.

2 Dar de beber al que tiene sed.

3 Vestir a que está desnudo.

4 Visitar y rescatar a los cautivos.

5 Dar posada a los peregrinos

6 Visitar a los enfermos.

7 Enterrar a los muertos.

Los siete pecados capitales y las virtudes opuestas

1 Soberbia Humildad

2 Avaricia Liberalidad

3 Lujuria Castidad

4 Ira Paciencia

5 Gula Templanza

6 Envidia Caridad

7 Pereza Diligencia

Los cinco efectos del orgullo

1 Vanagloria a., jactancia b. Sigilo/Duplicidad

2 Ambición

3 Desprecio de otros

4 Ira/Venganza/Resentimiento

5 Testarudez/obstinación

Nueve maneras de ser cómplice del pecado de otro

A ¿Alguna vez hice que otros pecaran?

B ¿Alguna vez cooperé en los pecados de otro?

1 ¿Aconsejando?

2 ¿Mandando?

3 ¿Consintiendo?

4 ¿Provocando?

5 ¿Lisonjeando?

6 ¿Ocultando?

7 ¿Compartiendo?

8 ¿Silenciando?

9 ¿Defendiendo el mal hecho?

Los cuatro pecados que gritan a los Cielos

1 Homicidio voluntario

2 El pecado de sodomía o lesbianismo

3 La opresión de los pobres, huérfanos y viudas

4 No pagar el salario justo a quien trabaja

Los cinco Mandamientos de la Iglesia

1 ¿Participé de la misa entera los domingos o días de guardar?

2 ¿Cumplí el ayuno y la abstinencia los días prescritos y guardé el ayuno eucarístico?

3 ¿Me confesé por lo menos una vez al año?

4 ¿Recibí la Sagrada Eucaristía por lo menos una vez al año en la estación de la Pascua de Resurrección?

5 ¿Contribuí, tanto como puedo, para el apoyo de la Iglesia?

Y también:

¿Observé las leyes de la Iglesia sobre el matrimonio, o sea, en cuanto al matrimonio en presencia de un sacerdote o en el caso de un matrimonio con un pariente o un no católico?

Las cinco blasfemias contra el Inmaculado Corazón de María

1 ¿Blasfemé contra la Inmaculada Concepción?

2 ¿Blasfemé contra la Virginidad Perpetua de Nuestra Señora?

3 ¿Blasfemé contra la Maternidad Divina de Nuestra Señora?

4 ¿Dejé de reconocer a Nuestra Señora como Madre de todos los hombres?

5 ¿Intenté públicamente sembrar en los corazones de los niños, indiferencia o desprecio o así mismo odio, en relación a su Madre Inmaculada?

6 ¿La ultrajé directamente en Sus santas imágenes?

Finalmente:

Recibí la Sagrada Comunión en estado de pecado mortal? (Este es un sacrilegio muy grave)

El examen de los pecados veniales de San Antonio María Claret

El alma debe evitar todos los pecados veniales, especialmente los que abren camino al pecado grave. Oh alma mía, no basta desear firmemente, antes sufrir la muerte que cometer un pecado grave. Es necesario tener resolución semejante, en relación al pecado venial. Quién no encuentra en sí esta voluntad, no puede sentirse seguro.

No hay nada que nos pueda dar tal certeza de salvación eterna de que una preocupación constante en evitar el pecado venial, por insignificante que sea, y un celo decidido y general, que alcance todas las prácticas de la vida espiritual, celo en la oración y en las relaciones con Dios, celo en la mortificación y en la negación de los apatitos, celo en obedecer y en renunciar a la propia voluntad, celo en el amor de Dios y del prójimo. Para alcanzar este celo y conservarlo, debemos querer firmemente evitar siempre los pecados veniales, especialmente los siguientes:

1.    El pecado de dar entrada en el corazón, cualquier sospecha no razonable u opinión injusta respecto al prójimo.

2.    El pecado de iniciar una conversación sobre los defectos del otro o de faltar a la caridad de cualquier otra manera, aunque sea levemente.

3.    El pecado de omitir, por pereza, nuestras prácticas espirituales o de cumplirlas con negligencia voluntaria.

4.    El pecado de mantener un afecto desordenado por alguien.

5.    El pecado de tener demasiada autoestima por sí mismo o de demostrar satisfacción vana, por cosas que nos dicen al respecto.

6.    El pecado de recibir los Santos Sacramentos de forma descuidada, con distracciones y otras irreverencias y sin preparación seria.



1.    Impaciencia. Resentimiento, rechazo en aceptar decepciones, como venidas de la Mano de Dios, porque esto pone obstáculos en los caminos de los decretos y disposiciones de la divina Providencia, en cuanto a nosotros.

2.    El pecado de proporcionarnos una ocasión que pueda, aunque remotamente, manchar una condición inmaculada de la santa pureza.

3.    El pecado de esconder a propósito nuestras malas inclinaciones, flaquezas y mortificaciones auto impuestas, de quién debería saber de ellas, queriendo seguir el camino de la virtud, de acuerdo con los caprichos individuales y no según la dirección de la obediencia. (Nota: Hablase aquí de situaciones en que encontramos aconsejamiento digno, si lo buscamos, pero nosotros, a pesar de eso, preferimos seguir nuestras propias luces, no obstante flojas.

Oración para una buena confesión:

Mi Dios, por causa de mis pecados graves, crucifiqué de nuevo a tu Divino Hijo y me burlé de El. Por esto soy merecedor de vuestra cólera y me expongo al fuego del infierno. Y cuánto fui ingrato con voz, mi Padre del Cielo, que me creaste de la nada, me redimiste por la preciosísima sangre de Vuestro Hijo y me santificaste por Vuestros santos Sacramentos y por el Espíritu Santo. Más Vos me salvaste por Vuestra misericordia, para que yo pudiese hacer esta confesión. Recibidme, pues, como Vuestro hijo pródigo y dadme la gracia de una buena confesión, para que pueda recomenzar a amaros de toso corazón y toda mi alma y para que pueda, a partir de ahora, cumplir Vuestros Mandamientos y sufrir con paciencia, los castigos temporales, que puedan caer sobre mí. Espero, por Vuestra bondad y poder, obtener la vida eterna en el Paraíso. Por Cristo Nuestro Señor. Amén.

Nota final

Acuérdese de confesar los pecados, con arrepentimiento sobrenatural, teniendo una resolución firme de no volver a pecar y de evitar situaciones que lleven al pecado. Pida a su confesor, que lo ayude a superar, alguna dificultad que tenga en hacer una buena confesión. Cumpla prontamente su penitencia.

Acto de contrición

Dios mío, porque sois infinitamente bueno y Os amo de todo corazón, me pesa de haberte ofendido y con el auxilio de Vuestra divina gracia, propongo firmemente enmendarme y nunca más Volveros a ofender. Pido y espero, el perdón de mis culpas, por Vuestra infinita misericordia. Amén.