FUENTE INAGOTABLE DE LUZ

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Sagrados Corazones Unidos del AMOR SANTO

Sagrados Corazones Unidos del AMOR SANTO
Sagrados Corazones de Jesús y María, unidos en el amor perfecto,

lunes, 25 de marzo de 2013

Bendición y Primera Hora de la Pasión


BENDICIÓN EN
LA DIVINA VOLUNTAD.

 En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.   Amén.
 (Nombre)...  te quiero bendecir con la misma bendición con que Jesús bendijo a su Madre Santísima, antes de comenzar su Pasión.
Así pues por medio e intercesión de la bienaventurada siempre Virgen María, Madre y Reina de la Divina Voluntad, te bendigo para imprimir en ti el triple sello de las Tres Divinas Personas, para que tú resurjas de tu decaimiento para vivir en el Divino Querer.
Esta bendición en el nombre del Padre  +  comunique e imprima en tu voluntad el sello de su Poder, restituyéndola  como soberana de todo.
En nombre del Hijo Jesús  +  comunique e imprima en tu inteligencia el sello de su Sabiduría.
Y en el nombre del Espíritu Santo  +  comunique e imprima en tu memoria el sello de su Amor.
Se te restituyan las fuerzas del alma y del cuerpo. Que te sanen de toda enfermedad espiritual y corporal y tu alma sea enriquecida y embellecida de todo bien y virtud.
Y para rodearte de defensa contra el demonio, el mundo y la carne, junto con Jesús bendigo todas las cosas creadas por El, a fin de que tú las recibas benditas por El.  
Te bendigo la luz  +  el aire, el agua, el fuego, el alimento, todo, a fin de que quedes abismado y cubierto con esta bendición.
 Junto con Jesús te bendigo el corazón,  la mente,  los ojos,  los oídos,  la nariz,  la boca,  las manos,  los pies,  el cuerpo,  las entrañas,  la respiración,  el movimiento,  todo.
Te bendigo para ayudarte,   te bendigo para defenderte,  te bendigo para perdonarte,   te bendigo para librarte de  todo mal,  te bendigo para consolarte,  te bendigo para hacerte sant@.
Te bendigo,  pues,  en el nombre del Padre +  y del hijo + y del Espíritu Santo  +  Amen. 

Jesús por medio de Luisa pone a nuestro alcance esta  oración  como un remedio muy eficaz,  para  poder protegernos entre nosotros y como leeremos a continuación:  Él también desea nuestras Bendiciones  este es uno de los motivos principales de Hacer las Horas de la Pasión,  ir conociendo el interior de Jesús y sus mas sublimes deseos, mismos que sin merecimiento alguno, vamos descubriendo por este medio.



Fragmento de la Primera Hora de la Pasión.
(...)Oh Celestial Mamá mía, ¿sabes qué quiere de Ti el adorado Jesús? No quiere otra cosa que tu última bendición.
Es verdad que de todas las partes de tu ser no salen sino bendiciones y alabanzas a tu Creador, pero Jesús al despedirse de Ti quiere oír las dulces palabras:
“Te bendigo oh Hijo.” Y este te bendigo aleja todas las blasfemias de sus oídos, y dulce y suave desciende a su corazón; y casi como para poner una defensa a todas las ofensas de las criaturas, Jesús quiere tu “te bendigo.”
Yo me uno a Ti, oh dulce Mamá, sobre las alas del viento quiero girar por el Cielo para pedir al Padre, al Espíritu Santo, a todos los ángeles, un “te bendigo” para Jesús, a fin de que yendo a Él le pueda llevar sus bendiciones.
Y aquí en la tierra quiero ir a todas las criaturas y pedir de cada labio, de cada latido, de cada paso, de cada respiro, de cada mirada, de cada pensamiento, bendiciones y alabanzas a Jesús, y si ninguno me las quiere dar, yo quiero darlas por ellos.
Oh dulce Mamá, después de haber girado y vuelto a girar para pedir a la Trinidad Sacrosanta, a los ángeles, a todas las criaturas, a la luz del sol, al perfume de las flores, a las olas del mar, a cada soplo de viento, a cada llama de fuego, a cada hoja que se mueve, al centellear de las estrellas, a cada movimiento de la naturaleza un “te bendigo”, vengo a Ti y uno mis bendiciones a las tuyas.
Dulce Mamá mía, veo que recibes consuelo y alivio por esto, y ofreces a Jesús todas mis bendiciones en reparación de las blasfemias y maldiciones que Él recibe de las criaturas.
Pero mientras te ofrezco todo, oigo tu voz temblorosa que dice: “Hijo, bendíceme también a Mí.”
Oh dulce amor mío, Jesús, bendíceme también a mí junto con tu Mamá, bendice mis pensamientos, mi corazón, mis manos, mis obras, mis pasos, y junto con tu Mamá bendice a todas las criaturas.(...)
Vol. 5 Octubre 3, 1903 
(1) Mientras estaba pensando en la hora de la Pasión cuando Jesús se despidió de su Madre para ir a la muerte y se bendijeron mutuamente, y estaba ofreciendo esta hora para reparar por aquellos que no bendicen en cada cosa al Señor, sino más bien lo ofenden, para impetrar todas aquellas bendiciones que son necesarias para conservarnos en gracia de Dios y para llenar el vacío de la gloria de Dios, como si todas las criaturas lo bendijeran.
Mientras esto hacía, lo he sentido moverse en mi interior, y decía:
(2) “Hija mía, en el acto de bendecir a mi Madre intenté también bendecir a cada una de las criaturas en particular y en general, de modo que todo está bendecido por Mí:
Los pensamientos, las palabras, los latidos, los pasos, los movimientos hechos por Mí, todo, todo está avalado con mi bendición.
También te digo que todo lo bueno que hacen las criaturas, todo fue hecho por mi Humanidad, para hacer que todo el obrar de las criaturas fuera primero divinizado por Mí.
Además de esto, mi vida continúa todavía real y verdadera en el mundo, no sólo en el Santísimo Sacramento, sino también en las almas que se encuentran en mi Gracia, y siendo muy restringida la capacidad de la criatura, no pudiendo tomar de una sola todo lo que Yo hice, hago de manera que un alma continúe mis reparaciones, otra las alabanzas, alguna otra el agradecimiento, alguna otra el celo de la salud de las almas, otra mis sufrimientos y así de todo lo demás, y según me correspondan así desarrollo mi vida en ellas, así que piensa en que estrechuras y penas me ponen, pues mientras Yo quiero obrar en ellos, ellos no me hacen caso”.
(3) Dicho esto ha desaparecido, y yo me he encontrado en mí misma.

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