BENDICIÓN EN
LA DIVINA VOLUNTAD.
En el nombre del Padre y del
Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
(Nombre)... te quiero
bendecir con la misma bendición con que Jesús bendijo a su Madre Santísima,
antes de comenzar su Pasión.
Así pues por medio e intercesión de
la bienaventurada siempre Virgen María, Madre y Reina de la Divina
Voluntad, te bendigo para imprimir en ti el triple sello de las Tres Divinas
Personas, para que tú resurjas de tu decaimiento para vivir en el Divino Querer.
Esta bendición en el nombre del Padre
+ comunique e imprima en tu voluntad el sello de su
Poder, restituyéndola como soberana de todo.
En nombre del Hijo Jesús +
comunique e imprima en tu inteligencia el sello de su Sabiduría.
Y en el nombre del Espíritu Santo
+ comunique e imprima en tu memoria el sello de su Amor.
Se te restituyan las fuerzas del alma y
del cuerpo. Que te sanen de toda enfermedad espiritual y corporal y tu alma sea
enriquecida y embellecida de todo bien y virtud.
Y para rodearte de defensa contra el
demonio, el mundo y la carne, junto con Jesús bendigo todas las cosas creadas
por El, a fin de que tú las recibas benditas por El.
Te bendigo la luz + el
aire, el agua, el fuego, el alimento, todo, a fin de que quedes abismado y
cubierto con esta bendición.
Junto con Jesús te bendigo el
corazón, la mente, los ojos, los oídos,
la nariz, la boca, las manos, los pies, el
cuerpo, las entrañas, la respiración, el movimiento,
todo.
Te bendigo para ayudarte, te
bendigo para defenderte, te bendigo para perdonarte, te bendigo
para librarte de todo mal, te bendigo para consolarte, te
bendigo para hacerte sant@.
Te bendigo, pues, en el
nombre del Padre + y del hijo + y del Espíritu Santo +
Amen.
Jesús por medio de Luisa pone a nuestro
alcance esta oración como un remedio muy eficaz, para
poder protegernos entre nosotros y como leeremos a
continuación: Él también desea nuestras Bendiciones
este es uno de los motivos principales de Hacer las Horas de la Pasión, ir
conociendo el interior de Jesús y sus mas sublimes deseos, mismos que sin
merecimiento alguno, vamos descubriendo por este medio.
Fragmento de la Primera Hora de la
Pasión.
(...)Oh Celestial Mamá mía, ¿sabes qué
quiere de Ti el adorado Jesús? No quiere otra cosa que tu última bendición.
Es verdad que de todas las partes de tu
ser no salen sino bendiciones y alabanzas a tu Creador, pero Jesús al
despedirse de Ti quiere oír las dulces palabras:
“Te bendigo oh Hijo.” Y este te bendigo
aleja todas las blasfemias de sus oídos, y dulce y suave desciende a su
corazón; y casi como para poner una defensa a todas las ofensas de las
criaturas, Jesús quiere tu “te bendigo.”
Yo me uno a Ti, oh dulce Mamá, sobre
las alas del viento quiero girar por el Cielo para pedir al Padre, al Espíritu
Santo, a todos los ángeles, un “te bendigo” para Jesús, a fin de que yendo a Él
le pueda llevar sus bendiciones.
Y aquí en la tierra quiero ir a todas
las criaturas y pedir de cada labio, de cada latido, de cada paso, de cada
respiro, de cada mirada, de cada pensamiento, bendiciones y alabanzas a Jesús,
y si ninguno me las quiere dar, yo quiero darlas por ellos.
Oh dulce Mamá, después de haber girado
y vuelto a girar para pedir a la Trinidad Sacrosanta, a los ángeles, a todas
las criaturas, a la luz del sol, al perfume de las flores, a las olas del mar,
a cada soplo de viento, a cada llama de fuego, a cada hoja que se mueve, al
centellear de las estrellas, a cada movimiento de la naturaleza un “te
bendigo”, vengo a Ti y uno mis bendiciones a las tuyas.
Dulce Mamá mía, veo que recibes
consuelo y alivio por esto, y ofreces a Jesús todas mis bendiciones en
reparación de las blasfemias y maldiciones que Él recibe de las criaturas.
Pero mientras te ofrezco todo, oigo tu
voz temblorosa que dice: “Hijo, bendíceme también a Mí.”
Oh dulce amor mío, Jesús, bendíceme también a mí junto con tu Mamá, bendice mis pensamientos, mi corazón, mis manos, mis obras, mis pasos, y junto con tu Mamá bendice a todas las criaturas.(...)
Oh dulce amor mío, Jesús, bendíceme también a mí junto con tu Mamá, bendice mis pensamientos, mi corazón, mis manos, mis obras, mis pasos, y junto con tu Mamá bendice a todas las criaturas.(...)
Vol. 5 Octubre 3, 1903
(1) Mientras estaba pensando en la
hora de la Pasión cuando Jesús se despidió de su Madre para ir a la muerte y se
bendijeron mutuamente, y estaba ofreciendo esta hora para reparar por aquellos
que no bendicen en cada cosa al Señor, sino más bien lo ofenden, para impetrar
todas aquellas bendiciones que son necesarias para conservarnos en gracia de
Dios y para llenar el vacío de la gloria de Dios, como si todas las criaturas
lo bendijeran.
Mientras esto hacía, lo he sentido moverse en mi interior, y decía:
(2) “Hija mía, en el acto de bendecir
a mi Madre intenté también bendecir a cada una de las criaturas en particular y
en general, de modo que todo está bendecido por Mí:
Los pensamientos, las palabras, los latidos, los pasos, los movimientos
hechos por Mí, todo, todo está avalado con mi bendición.
También te digo que todo lo bueno que hacen las criaturas, todo fue
hecho por mi Humanidad, para hacer que todo el obrar de las criaturas fuera
primero divinizado por Mí.
Además de esto, mi vida continúa todavía real y verdadera en el mundo,
no sólo en el Santísimo Sacramento, sino también en las almas que se encuentran
en mi Gracia, y siendo muy restringida la capacidad de la criatura, no pudiendo
tomar de una sola todo lo que Yo hice, hago de manera que un alma continúe mis
reparaciones, otra las alabanzas, alguna otra el agradecimiento, alguna otra el
celo de la salud de las almas, otra mis sufrimientos y así de todo lo demás, y
según me correspondan así desarrollo mi vida en ellas, así que piensa en que
estrechuras y penas me ponen, pues mientras Yo quiero obrar en ellos, ellos no
me hacen caso”.
(3) Dicho esto ha desaparecido, y yo
me he encontrado en mí misma.
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