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Sagrados Corazones Unidos del AMOR SANTO

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viernes, 19 de diciembre de 2014

San Miguel Arcángel

Primera aparición de San Miguel Arcángel sobre el Monte Gargano


San Miguel Arcángel en el MonteGargano8 de mayo del año 490
Poderosa y majestuosa se eleva hacia el cielo luminoso la cima rocosa del Monte Gargano, dominado con soberbia las colinas que le rodean. A sus pies ondea el Mar Adriático, con su inmensa belleza azul.  Hasta el siglo quinto, la cima estaba recubierta de un bosque tupido e ignorada por todo el mundo. Pero en el año 490 nació la aurora de su inmortal gloria, Su fama sobrepasó los confines de Italia, resonó en todo el mundo y comenzó a atraer a sí Papas, Emperadores, Príncipes reinantes, nobles y pueblo de todas las naciones. ¿Qué sucedió?
Leamos la narración original del antiguo libro del “Liber pontificalis” de la Curia Romana.
Bajo el gobierno del Papa Felice y del Emperador Zeno, un día de aquel siglo tan lejano, un noble y muy rico señor del Monte Gargano, que se llamaba también Gargano y era el propietario de aquella montaña, desapareció su toro más bello de grandeza superior. Después de tres días de búsqueda, decidió ir personalmente a buscarlo. Después de algunas horas de una búsqueda angustiosa, con gran estupor encontraron a la bestia de rodillas en la entrada de una caverna inaccesible. El patrón, viendo la imposibilidad de salvarlo, quiso matarlo con una flecha envenenada. Pero ante la maravilla de todos, la flecha regresó e hirió a quien la había lanzado. El patrón cayó sangrando al suelo y los siervos asustados lo fajaron de prisa y lo llevaron a su casa en Siponto, que actualmente es una fracción de Manfredonia.
La noticia de lo ocurrido se divulgó rápidamente en el pueblo y se convirtió en el único objeto de las conversaciones. Bajo la impresión de este extraño hecho, todos fueron a visitar al Obispo San Lorenzo Maiorano, primo del emperador Zanone, para consultarle.
El Santo Obispo, después de una breve reflexión ordenó que toda la población haga ayuno y oraciones durante tres días, para encontrar gracia ante Dios y para conocer el significado de dicho prodigio. Al alba del tercer día, que fue precisamente el 8 Mayo del año 490, el santo prelado, sumergido en su oración nocturna, de repente vio ante sí a un Ángel más esplendoroso que el Sol que iluminó el ambiente y le dijo:
“Yo soy el Arcángel Miguel que continuamente está la presencia de Dios. Deseando que este lugar se venere en toda la tierra y sea privilegiado, quise probar con ese acontecimiento insólito, que todo lo que se obra en este lugar, sucede por Voluntad Divina. Es Dios que me ha constituido PROTECTOR y DEFENSOR de este lugar”.
A la mañana siguiente el Obispo comunicó el celestial mensaje a los habitantes de Siponto. El pueblo, lleno de alegría y de gratitud por dicha aparición, bajo la guía de San Lorenzo Maiorano se encaminó en una devota procesión hacia la cima del Gargano para venerar la caverna milagrosa. Cuando regresaron a Siponto veían con alegría la prodigiosa curación del Señor Gargano y se congratulaban con él por el santo privilegio concedido por el Cielo, de tener en sus tierras el Palacio Real terrenal del Gran Príncipe San Miguel Arcángel.
Hoy el ateísmo se secularizante ha invadido también a la mansión terrenal de San Miguel Arcángel. Desde hace años ninguna Autoridad civil va a presenciar como en el pasado el culto en las Fiestas con los dones simbólicos de la ciudad. La gran sueca, Santa Brígida visitando la Gruta de San Miguel, en uno de sus éxtasis oyó el canto celestial de los Ángeles, el cual terminó con la dolorosa y profética visión de la decadencia de su culto.
Transcribo fielmente las palabras angélicas:
“Bendito seas oh Señor
Por habernos creado como vuestros mensajeros
Y como apoyo del hombre
Del cual nos confiaste la custodia.
¡Hacia el hombre Tú nos enviaste
Sin ni siquiera privarnos de Vuestra Visión!
Haz visible la dignidad
Con la cual Tú nos has revestido
Para que se aprenda a tomar en cuenta nuestro ministerio:
¡aunque aquí, también hoy este Santuario declina
Y los del lugar parece que prefieren, en vez de nosotros, a los ángeles sin luz!”.
Una aguda tristeza llenó el corazón de Santa Brígida que aumentó desmesuradamente cuando, apareciéndoseleJesús le dijo:
“Los ingratos se darán cuenta de la pérdida que hacen al olvidarse de los Ángeles, en la hora de la prueba”.

Segunda aparición de San Miguel Arcángel sobre el Monte Gargano


San Miguel Arcángel en el MonteGargano19 de septiembre del año 492
Odoacre, rey de los Erulos, viendo la paz y el bienestar tranquilo de Sipondo bajo el sabio gobierno del Santo Obispo San Lorenzo Maiorano, decretó soberbiamente la conquista. Los habitantes de Siponto recurrieron nuevamente al consejo de su Obispo.  Lleno de confianza con la ayuda del Príncipe Celestial, San Lorenzo ascendió nuevamente al Monte sagrado.
Entre lágrimas y gemidos suplicó a San Miguel por su protección. Llegó el mes de Septiembre:  los godos, seguros de su propia fuerza, intimidan a los sipontines para que se rindan. Entonces San Lorenzo ordenó nuevamente tres días de ayuno y de oración. Aconsejó a sus Capitanes que obtengan del Rey Odoacre tres días de tregua. Todos redoblaron las súplicas y penitencias en honor de San Miguel.
Al alba del 19 de Septiembre, San Lorenzo fue a la Iglesia de Santa María, antigua catedral de Siponto. Sumergido en una profunda oración, vio que se le apareció nuevamente el Príncipe Miguel, que ordenó al santo Obispo que ataque a los godos en la hora cuarta del día. Diciendo esto, desapareció. En la hora establecida, rayos, truenos, terremotos, obscuridad impidieron la avanzada del enemigo. Los godos, temblorosos, sin perder un minuto, buscaron la salvación en la fuga, abandonando todo en el campo.
Los pocos que escaparon a los flagelos del Cielo fueron perseguidos y vencidos por los sipontines. Para agradecer convenientemente por esta estrepitosa y milagrosa victoria, San Lorenzo dirigió una nueva procesión a la sagrada Caverna sobre la cima del Monte Gargano.

Tercera aparición de San Miguel Arcángel sobre el Monte Gargano


San Miguel Arcángel en el Monte Gargano29 de septiembre del 493
Para festejar devotamente el tercer aniversario de la aparición de San Miguel, el santo prelado subió en una alegre procesión con todos los fieles a la cima del Gargano. Cuando llegaron a la Gruta, nadie se atrevía a entrar por santo temor y reverencia, y después de un breve descanso, todos regresaron a Siponto. Para actuar en todo según el plan del Cielo, San Lorenzo decidió pedir consejo al Santo Padre Gelasio I sucesor del Padre Felice por la cuestión de la consagración de la gruta.
El Papa Gelacio I dio orden a siete Obispos de los alrededores que se reúnan en Siponto y que con tres días de oraciones comunitarias y ayuno, suplicaran al Arcángel Miguel que se digne manifestar la Voluntad de Dios con respecto a la consagración de la Sagrada Gruta.
San Miguel acogió dichas súplicas humildes y confiados y en la noche del tercer día, rodeado de una luz radiante, el Príncipe Celestial se apareció por tercera vez a San Lorenzo y dijo:
“NO ES NECESARIO QUE USTEDES CONSAGREN ESTA GRUTA, PORQUE YO ELEGI A MI PALACIO REAL, YO MISMO LO HE CONSAGRADO ASISTENCIA, ELEVADA ORACIONES Y CELEBRADO EL SANTO SACRIFICIO, PARA COMUNICAR AL PUEBLO. ES A MI QUE ME CORRESPONDE MANIFESTAR COMO HE CONSAGRADO ESTE LUGAR”.
A la mañana siguiente San Lorenzo narra a los Obispos y al pueblo la nueva visión y el mensaje celestial del Arcángel. Con el corazón lleno de júbilo, Obispos y fieles entre oraciones y cantos, van en procesión hacia la cima, como cuenta el Código Vaticano. Algunos de los Obispos tenían una edad muy avanzada y San Miguel quiso ir al encuentro de ellos con un gesto de exquisita cortesía. Por lo tanto mandó a cuatro águilas de una grandeza desmesurada: dos de ellas con las alas desplegadas defendían a los peregrinos de los rayos del sol, y las otras agitaban como si fueran un abanico las alas procurándoles una agradable frescura a los Obispos y al pueblo.
Pero otros grandes y nuevos prodigios esperaban a los santos Obispos en el ingreso de la Caverna sagrada. En la gruta sobre un bloque de piedra encontraron una huella de San Miguel Un altar preparado por San Miguel y recubierto con un palio purpurino. El altar tenía en el centro una cruz de un cristal purísimo. Todo testimoniaba en la gruta que su consagración fue hecha divinamente. Entonces San Lorenzo presentó a Dios el primer Santo Sacrificio en presencia de todos los Obispos y de todo el pueblo.
Podemos creer plenamente que en esta solemnidad estuvo presente también la gloriosa Reina de los Ángeles para renovar su ofrecimiento al Eterno Padre, como hacía en aquel siglo tan lejano sobre el Monte Calvario. Quien mejor que Ella podía agradecer a la Santa Trinidad por los favores concedidos a esta parte de la tierra, unidos con las olas del mar en la tierra Santa.

La cuarta aparición de San Miguel Arcángel sobre el Monte Gargano


San Miguel Arcángel en el Monte Gargano22 de septiembre de 1655
En el año 1655 se desató la peste en todo el Reino de Nápoles. Foggia casi se despobló y la muerte negra cobró despiadadamente también entre los habitantes del Monte Gargano. El peligro para Manfredonia y en Monte S. Angelo fue grande. El Obispo, Mons. Giovanni Alfonso Puccinelli, constatada la ineficacia de los medios humanos, recurrió a la poderosa protección e intercesión de San Miguel Arcángel.
Por lo tanto fue en un devoto peregrinaje penitencial con el clero y con el pueblo a la Sagrada Gruta. Después de largas oraciones, lágrimas y gemidos, al alba del 22 de Septiembre, el Obispo vio aparecer al Arcángel en un enceguecedor esplendor, y dijo al Obispo:
SEPA OH PASTOR DE ESTAS OVEJITAS, QUE HE OBTENIDO DE LA SANTISIMA TRINIDAD QUE CUALQUIERA QUE UTILIZA VERDADERA DEVOCION LAS PIEDRAS DE MI GRUTA, ALEJARA DE SU CASA, DE LA CIUDAD Y DE CUALQUIER LUGAR LA PESTE, NARRAD A TODOS ESTA GRACIA DIVINA. VOSOTROS BENDECIREIS LAS PIEDRAS, ESCULPIENDO SOBRE ELLAS LA SEÑAL DE LA CRUZ CON MI NOMBRE”.
Como perpetúa memoria de este grande y nuevo prodigio y como perenne gratitud a San Miguel el pueblo del Monte S. Angelo erigió un obelisco sobre la antigua plaza de la ciudad, que todavía existe, como recuerdo de este hecho histórico, con la siguiente inscripción:
“AL PRINCIPE DE LOS ANGELES
VENCEDOR DE LA PESTE
PATRON Y TUTELAR
MONUMENTO
DE ETERNA GRATITUD
ALFONSO PUCCINELLI”.
Sería muy provechoso restablecer la fabricación de la insignia de San Miguel según el modelo que él ha indicado. Aunque no sea contra la peste que él ha indicado. Aunque no sea contra la peste del cuerpo, convendría que sea con la tremenda peste de las almas, causadas por la ignorancia religiosa y por la destrucción de familia cristiana y por el triunfo general de la Leyes inicuas contra la Ley Eterna de Dios. Antes de la creación visible en la Mente de Dios existía inmutable la ley para cada especie de seres futuros, comprendida también la naturaleza humana.
Fuente: Libro ¿Quién es San Miguel Arcángel? de Gloria Crux.