FUENTE INAGOTABLE DE LUZ

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¡ILUMÍNANOS!

Sagrados Corazones Unidos del AMOR SANTO

Sagrados Corazones Unidos del AMOR SANTO
Sagrados Corazones de Jesús y María, unidos en el amor perfecto,

martes, 18 de diciembre de 2012

PREPARACIÓN PARA LA NAVIDAD , Excesos de Amor de Dios

























LOS NUEVE EXCESOS DE AMOR 

 PREPARACIÓN A LA NAVIDAD  DEL PRIMER VOLUMEN DE LOS ESCRITOS 


Luisa hablando: A la edad de diecisiete años, me preparé a la fiesta de la Santa 
Navidad practicando diferentes actos de virtud y mortificación,  honrando 
especialmente los nueve meses que Jesús estuvo en el seno materno con nueve 
horas de meditación al día, referentes siempre al misterio de la Encarnación.





sábado, 8 de diciembre de 2012

INMACULADA CONCEPCIÓN DE MARÍA - Libro del Cielo - Luisa Picarreta




Diciembre 8, 1922 


Sobre la Inmaculada Concepción. 


Escribo por obedecer y ofrezco todo a mi dulce Jesús uniéndome al 
sacrificio de su obediencia para obtener la gracia y la fuerza de hacerla como 
Él quiere.  Y ahora, ¡oh mi Jesús!  dame tu santa mano y la Luz de tu 
inteligencia y escribe junto conmigo. 
Estaba pensando en el gran portento de la Inmaculada Concepción de 
mi Reina y Celestial Mamá y en mi interior he oído decirme: 
“Hija mía, la Inmaculada Concepción de mi amada Mamá fue 
prodigiosa y del todo maravillosa, tanto que Cielos y tierra quedaron 
estupefactos e hicieron fiesta.  Las Tres Divinas Personas hicieron 
competencia:  El Padre hizo salir un mar inmenso de Potencia; Yo, Hijo, 
saqué un mar infinito de Sabiduría y el Espíritu Santo un mar inmenso de 
eterno Amor, que fundiéndose formaron un solo mar y en medio de este mar 
fue formada la Concepción de esta Virgen, elegida entre las elegidas; así que 
la Divinidad suministró la sustancia de esta Concepción, y no sólo era centro 
de vida de esta admirable y singular  criatura, sino que este mar le estaba 
alrededor, no sólo para tenerla defendida de todo lo que pudiera 
ensombrecerla, sino para darle a cada instante nuevas bellezas, nuevas 
gracias, Potencia, Sabiduría, Amor, privilegios, etc.  Así que su pequeña 
naturaleza fue concebida en el centro de este mar y se formó y creció bajo el 
influjo de estas olas divinas, tanto, que no apenas fue formada esta noble y 
singular criatura, la Divinidad no quiso esperar como es su costumbre con 
las demás criaturas, quería sus abrazos, la correspondencia de su amor, sus 
besos, gozarse sus inocentes sonrisas, y por eso no apenas fue formada su 
Concepción le di el uso de razón, la doté de todas las ciencias, le hice 
conocer nuestras alegrías y nuestros dolores en relación a la Creación; y 
desde el seno materno Ella venía al Cielo, a los pies de nuestro trono para 
darnos los abrazos, la correspondencia de su amor, sus tiernos besos, y 
arrojándose en nuestros brazos nos sonreía con tal complacencia de gratitud 
y de agradecimiento, que arrancaba nuestras sonrisas.  ¡Oh!, cómo era bello 
ver a esta inocente y privilegiada  criatura enriquecida con todas las 
cualidades divinas, venir en medio de Nosotros toda amor, toda confianza, 
sin temor, porque solamente el pecado es lo que pone distancia entre 
Creador y criatura, rompe el amor, hace perder la confianza e infunde temor; 
así que Ella venía en medio de Nosotros como Reina, que con su amor, dado 
por Nosotros, nos dominaba, nos raptaba, nos ponía en fiesta y se hacía 
raptora de otro amor, y Nosotros la  hacíamos hacer, gozábamos del amor 
que nos arrebataba y la constituimos Reina del Cielo y de la tierra.  Cielo y 
tierra exultaron e hicieron fiesta junto con Nosotros por tener después de 
tantos siglos a su Reina, el sol sonrió en su luz y se creyó afortunado por 
tener que servir a su Reina con darle luz; el cielo, las estrellas y todo el 
universo sonrieron de alegría e hicieron fiesta, porque debían alegrar a su 
Reina haciéndole ver la armonía y belleza del firmamento; sonrieron las 
plantas, pues debían nutrir a su Reina, y también la tierra sonrió y se sintió 
ennoblecida al deber dar habitación y  por tener que hacerse pisar por los 
pasos de su Emperatriz.  Sólo el infierno lloró y sintió perder las fuerzas por 
el dominio de esta Soberana Señora. 
¿Pero sabes tú cuál fue el primer acto que hizo esta Celestial criatura 
cuando se encontró la primera vez ante nuestro trono?  Ella conoció que todo 
el mal del hombre había sido la ruptura entre su voluntad y la de su Creador, 
y Ella se estremeció y sin dejar pasar el tiempo ató su voluntad a los pies de 
mi trono, sin ni siquiera quererla conocer, y mi Voluntad se ató a Ella y se 
constituyó centro de vida, tanto que entre Ella y Nosotros se abrieron todas 
las corrientes, todas las relaciones, todas las comunicaciones, y no hubo 
secreto que no le confiáramos.  Fue propiamente esto el acto más bello, más 
grande, más heroico que hizo, el deponer a nuestros pies su voluntad, y que a 
Nosotros, como raptados, nos hizo  constituirla Reina de todos.  ¿Ves 
entonces qué significa atarse con mi Voluntad y no conocer la propia? 
El segundo acto que hizo fue ofrecerse a cualquier sacrificio por amor 
nuestro. 
El tercero fue restituirnos el honor y la gloria de toda la Creación, que 
el hombre nos había quitado con hacer su voluntad; y aun desde el seno 
materno lloró por amor nuestro, porque nos vio ofendidos y lloró de dolor 
por el hombre culpable.  ¡Oh! cómo nos enternecían estas lágrimas inocentes 
y apresuraban la suspirada Redención.  Esta Reina nos dominaba, nos ataba, 
nos arrancaba gracias infinitas, nos inclinaba tanto hacia el género humano 
que no podíamos ni sabíamos resistir a sus repetidas instancias; ¿pero de 
dónde le venía tal poder y tanta ascendencia sobre la misma Divinidad?  
¡Ah! tú lo has entendido, era la Potencia de nuestro Querer que obraba en 
Ella, que mientras la dominaba la  hacía dominadora de Dios mismo.  
Además ¿cómo podíamos resistir a tan inocente criatura poseída por la Luisa Piccarreta                
Potencia y Santidad de Nuestro Querer?  Sería resistir a Nosotros mismos, 
Nosotros descubríamos en  Ella nuestras cualidades divinas, como olas 
afluían sobre Ella los reflejos de nuestra Santidad, los reflejos de los modos 
divinos, de nuestro Amor, de nuestra Potencia, etc., y nuestro Querer, que 
era su centro, atraía todos los reflejos de nuestras  cualidades divinas y se 
hacía corona y defensa de la Divinidad habitante en Ella.  Si esta Virgen 
Inmaculada no hubiera tenido el Querer Divino como centro de vida, todas 
las demás prerrogativas y privilegios  con los cuales tanto la enriquecimos 
habrían sido una nada frente a eso.   Fue esto lo que le confirmó y le 
conservó los tantos privilegios, y no  sólo, sino que a cada instante le 
multiplicaba nuevos.  He aquí la causa por la qué la constituimos Reina de 
todos, porque cuando Nosotros obramos lo hacemos con razón, sabiduría y 
justicia:  Porque jamás dio vida a su querer humano, sino que nuestro Querer 
fue siempre íntegro en Ella.  ¿Cómo podíamos decir a otra criatura, tú eres 
Reina del cielo, del sol, de las estrellas, etc., si en lugar de tener nuestro 
Querer por dominio fuera dominada  por su querer humano?  Todos los 
elementos, cielo, sol, tierra, se habrían sustraído del régimen y dominio de 
esta criatura, todos habrían gritado en su mudo lenguaje:  ‘No la queremos, 
nosotros somos superiores a ella, porque jamás nos hemos sustraído de tu 
eterno Querer; tal como nos creaste así somos.’  Habría gritado el sol con su 
luz, las estrellas con su centelleo, el mar con sus olas, y así todo lo demás.  
En cambio, como todos sintieron el dominio de esta Virgen excelsa, que casi 
como hermana suya no quiso conocer su voluntad sino sólo la de Dios, no 
sólo hicieron fiesta, sino que se sintieron honrados por  tener su Reina y 
corrieron en torno a Ella para hacerle cortejo y tributarle sus homenajes, con 
ponerse la luna como escabel de sus pies, las estrellas como corona, el sol 
como diadema, los ángeles como siervos, los hombres como esperando; 
todos, todos le rindieron honores y le hicieron sus homenajes.  No hay honor 
y gloria que no se pueda dar a nuestro Querer, sea que obre en Nosotros, en 
su propia sede, sea que habite en la criatura. 
¿Pero sabes tú cuál fue el primer acto que hizo esta noble Reina 
cuando saliendo del seno materno abrió los ojos a la luz de este bajo mundo?  
Cuando Ella nació, los ángeles le cantaron canciones de cuna a la Celestial 
Bebita y Ella quedó extasiada, y su bella alma salió de su cuerpecito, 
acompañada por legiones angélicas y giró por tierra y cielo y fue recogiendo 
todo el Amor que Dios había esparcido en todo lo creado, y penetrando en el 
empíreo vino a los pies de nuestro trono y nos ofreció la correspondencia del 
amor de todo lo creado y pronunció su primer gracias a nombre de todos.  
¡Oh! cómo nos sentimos felices al oír el gracias de esta bebita Reina, y le 
confirmamos todas las gracias, todos los dones, para hacerla superar a todas Luisa Piccarreta                
las demás criaturas unidas juntas.  Después, arrojándose en nuestros brazos 
se deleitó con Nosotros, nadando en el océano de todos los contentos, 
quedando embellecida de  nueva belleza, de nueva luz y de nuevo amor, 
suplicó de nuevo por el género humano, pidiéndonos con lágrimas que 
descendiera el Verbo Eterno para salvar a sus hermanos, pero mientras esto 
hacía, nuestro Querer le hizo saber que bajara a la tierra, y Ella de inmediato 
dejó nuestros contentos y las alegrías y partió, ¿para hacer qué cosa?  
¡Nuestro Querer!  ¡Qué potente imán  era nuestro Querer habitante en la 
tierra en esta recién nacida Reina!  No nos parecía ya extraña la tierra, no 
nos sentíamos ya para castigarla haciendo uso de nuestra Justicia, teníamos 
la Potencia de nuestra Voluntad que en esta inocente niña nos despedazaba 
los brazos, nos sonreía desde la tierra y cambiaba la Justicia en gracias y en 
dulce sonrisa, tanto, que no pudiendo resistir al dulce encanto, el Verbo 
Eterno apresuró su carrera.  ¡Oh prodigio de mi Querer Divino, a Ti todo se 
debe, por Ti se cumple todo y no hay prodigio más grande que mi Querer 
habitante en la criatura!” 

Inmaculada Concepción de María




La Inmaculada Concepción de María es el dogma de fe que declara que por una gracia singular de Dios, María fue preservada de todo pecado, desde su concepción. 
Como demostraremos, esta doctrina es de origen apostólico, aunque el dogma fue proclamado por el Papa Pío IX el 8 de diciembre de 1854, en su bula Ineffabilis Deus.
 "...declaramos, proclamamos y definimos que la doctrina que sostiene que la beatísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de la culpa original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Cristo Jesús Salvador del género humano, está revelada por Dios y debe ser por tanto firme y constantemente creída por todos los fieles..."
(Pío IX, Bula Ineffabilis Deus, 8 de diciembre de 1854)
La Concepción: Es el momento en el cual Dios crea el alma y la infunde en la materia orgánica  procedente de los padres. La concepción es el momento en que comienza la vida humana.
Cuando hablamos del dogma de la Inmaculada Concepción no nos referimos a la concepción de Jesús quién, claro está, también fue concebido sin pecado. El dogma declara que María quedó preservada de toda carencia de gracia santificante desde que fue concebida en el vientre de su madre Santa Ana. Es decir María es la "llena de gracia" desde su concepción.

La Encíclica "Fulgens corona", publicada por el Papa Pío XII en 1953 para conmemorar el centenario de la definición del dogma de la Inmaculada Concepción, argumenta así: «Si en un momento determinado la Santísima Virgen María hubiera quedado privada de la gracia divina, por haber sido contaminada en su concepción por la mancha hereditaria del pecado, entre ella y la serpiente no habría ya -al menos durante ese periodo de tiempo, por más breve que fuera- la enemistad eterna de la que se habla desde la tradición primitiva hasta la solemne definición de la Inmaculada Concepción, sino más bien cierta servidumbre»
Fundamento Bíblico
La Biblia no menciona explícitamente el dogma de la Inmaculada Concepción, como tampoco menciona explícitamente muchas otras doctrinas que la Iglesia recibió de los Apóstoles. La palabra "Trinidad", por ejemplo, no aparece en la Biblia. Pero la Inmaculada Concepción se deduce de la Biblia cuando ésta se interpreta correctamente a la luz de la Tradición Apostólica. 
El primer pasaje que contiene la promesa de la redención (Genesis 3:15) menciona a la Madre del Redentor. Es el llamado Proto-evangelium, donde Dios declara la enemistad entre la serpiente y la Mujer. Cristo, la semilla de la mujer (María) aplastará la cabeza de la serpiente. Ella será exaltada a la gracia santificante que el hombre había perdido por el pecado. Solo el hecho de que María se mantuvo en estado de gracia puede explicar que continúe la enemistad entre ella y la serpiente. El Proto-evangelium, por lo tanto, contiene una promesa directa de que vendrá un redentor.  Junto a El se manifestará su obra maestra: La preservación perfecta de todo pecado de su Madre Virginal.
En Lucas 1:28 el ángel Gabriel enviado por Dios le dice a la Santísima Virgen María «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.». Las palabras en español "Llena de gracia" no hace justicia al texto griego original que es "kecharitomene" y significa una singular abundancia de gracia, un estado sobrenatural del alma en unión con Dios. Aunque este pasaje no "prueba" la Inmaculada Concepción de María ciertamente lo sugiere.
El Apocalipsis narra sobre la «mujer vestida de sol» (Ap 12,1).  Ella representa la santidad de la Iglesia, que se realiza plenamente en la Santísima Virgen, en virtud de una gracia singular. Ella es toda esplendor porque no hay en ella mancha alguna de pecado. Lleva el reflejo del esplendor divino, y aparece como signo grandioso de la relación esponsal de Dios con su pueblo.

Los Padres de la Iglesia y la Inmaculada
Los Padres se referían a la Virgen María como la Segunda Eva (cf. I Cor. 15:22), pues ella desató el nudo causado por la primera Eva.
  • Justín (Dialog. cum Tryphone, 100),
  • Ireneo (Contra Haereses, III, xxii, 4),
  • Tertuliano (De carne Christi, xvii),
  • Julius Firm cus Maternus (De errore profan. relig xxvi),
  • Cyrilo of Jerusalem (Catecheses, xii, 29),
  • Epiphanius (Hæres., lxxviii, 18),
  • Theodotus of Ancyra (Or. in S. Deip n. 11), and
  • Sedulius (Carmen paschale, II, 28).
También se refieren a la Virgen Santísima como la absolutamente pura San Agustín y otros.  La iglesia Oriental ha llamado a María Santísima la "toda santa"

InmaculadaEn el siglo IX se introdujo en Occidente la fiesta de la Concepción de María, primero en Nápoles y luego en Inglaterra.

Hacia el año 1128, un monje de Canterbury llamado Eadmero escribe el primer tratado sobre la Inmaculada Concepción donde rechaza la objeción de San Agustíncontra el privilegio de la Inmaculada Concepción, fundada en la doctrina de la transmisión del pecado original en la generación humana.
La castaña, escribe Eadmero, «es concebida, alimentada y formada bajo las espinas, pero que a pesar de eso queda al resguardo de sus pinchazos». Incluso bajo las espinas de una generación que de por sí debería transmitir el pecado original, María permaneció libre de toda mancha, por voluntad explícita de Dios que «lo pudo, evidentemente, y lo quiso. Así pues, si lo quiso, lo hizo».

Los grandes teólogos del siglo XIII presentaban las mismas dificultades de San Agustín: la redención obrada por Cristo no sería universal si la condición de pecado no fuese común a todos los seres humanos. Si María no hubiera contraído la culpa original, no hubiera podido ser rescatada. En efecto, la redención consiste en librar a quien se encuentra en estado de pecado.
El franciscano Juan Duns Escoto, al principio del siglo XIV, inspirado en algunos teólogos del siglo XII y por el mismo San Francisco (siglo XIII, devoto de la Inmaculada), brindó la clave para superar las objeciones contra la doctrina de la Inmaculada Concepción de María. El sostuvo que Cristo, el mediador perfecto, realizó precisamente en María el acto de mediación más excelso: Cristo la redimió preservándola del pecado original. Se trata una redención aún más admirable: No por liberación del pecado, sino por preservación del pecado. 

Escoto 
preparó el camino para la definición dogmática. Dicen que su inspiración le vino al pasar por frente de una estatua de la Virgen y decirle: "Dignare me laudare te: Virgo Sacrata"  (Oh Virgen sacrosanta dadme las palabras propias para hablar bien de Ti).

1. ¿A Dios le convenía que su Madre naciera sin mancha del pecado original? - Sí, a Dios le convenía que su Madre naciera sin ninguna mancha. Esto es lo más honroso, para Él.

2. ¿Dios podía hacer que su Madre naciera sin mancha de pecado original? -
Sí, Dios lo puede todo, y por tanto podía hacer que su Madre naciera sin mancha: Inmaculada.

3. ¿Lo que a Dios le conviene hacer lo hace? ¿O no lo hace? Todos respondieron: Lo que a Dios le conviene hacer, lo que Dios ve que es mejor hacerlo, lo hace.

Entonces Scotto exclamó: Luego
1. Para Dios era mejor que su Madre fuera Inmaculada: o sea sin mancha del pecado original.
2. Dios podía hacer que su Madre naciera Inmaculada: sin mancha
3. Por lo tanto: Dios hizo que María naciera sin mancha del pecado original. Porque Dios cuando sabe que algo es mejor hacerlo, lo hace.
Méritos: María es libre de pecado por los méritos de Cristo Salvador. Es por El que ella es preservada del pecado. Ella, por ser una de nuestra raza humana, aunque no tenía pecado, necesitaba salvación, que solo viene de Cristo. Pero Ella singularmente recibe por adelantado los méritos salvíficos de Cristo. La causa de este don: El poder y omnipotencia de Dios.
Razón: La maternidad divina. Dios quiso prepararse un lugar puro donde su hijo se encarnara.
Frutos:1-María fue inmune de los movimientos de la concupiscencia. Concupiscencia: los deseos irregulares del apetito sensitivo que se dirigen al mal.
2-María estuvo inmune de todo pecado personal durante el tiempo de su vida. Esta es la grandeza de María, que siendo libre, nunca ofendió a Dios, nunca optó por nada que la manchara o que le hiciera perder la gracia que había recibido. 
El dogma de la Inmaculada Concepción de María no ofusca, sino que más bien pone mejor de relieve los efectos de la gracia redentora de Cristo en la naturaleza humana. Todas las virtudes y las gracias de María Santísima las recibe de Su Hijo. La Madre de Cristo debía ser perfectamente santa desde su concepción. Ella desde el principio recibió la gracia y la fuerza para evitar el influjo del pecado y responder con todo su ser a la voluntad de Dios. A María, primera redimida por Cristo, que tuvo el privilegio de no quedar sometida ni siquiera por un instante al poder del mal y del pecado, miran los cristianos como al modelo perfecto y a la imagen de la santidad que están llamados a alcanzar, con la ayuda de la gracia del Señor, en su vida.
En torno a las ideas de Escoto se suscitó una gran controversia. Después de que el Papa Sixto IV aprobara, en 1477, la misa de la Concepción, esa doctrina fue cada vez más aceptada en las escuelas teológicas.EPapa Sixto IV, en 1483, casi 4 siglos antes del dogma, había extendido la fiesta de la Concepción Inmaculada de María a toda la Iglesia de Occidente.

Fue valioso también el aporte del mundo universitario. Las universidades de París, Maguncia y Colonia y, en España, la de Valencia (1530), Granada, Alcalá (1617), Salamanca (1618) y otras proclamaron a María Inmaculada como Patrona. Sus doctores, al recibir el grado, hacían voto y juramento de enseñar y defender la doctrina de la Inmaculada Concepción de María.

La Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María tiene un llamado para nosotros:1-Nos llama a la purificación. Ser puros para que Jesús resida en nosotros.
2-Nos llama a la consagración al Corazón Inmaculado de María, lugar seguro para alcanzar conocimiento perfecto de Cristo y camino seguro para ser llenos del Espíritu Santo.
"Con la Inmaculada Concepción de María comenzó la gran obra de la Redención, que tuvo lugar con la sangre preciosa de Cristo. En Él toda persona está llamada a realizarse en plenitud hasta la perfección de la santidad" Juan Pablo II, 5-XII-2003.

Respuesta a los argumentos contra la Inmaculada Concepción de María.
1- Argumento: La Inmaculada  Concepción contradice la enseñanza de San Pablo: "todos han pecado y están lejos de la presencia salvadora de Dios" (Romanos 3:23).

Respuesta católica: Si fuéramos a tomar las palabras de San Pablo "todos han pecado" en un sentido literal absoluto, Jesús también quedaría incluido entre los pecadores. Sabemos que esta no es la intención de S. Pablo ya que después menciona que Jesús "no conoció pecado" (2Cor 5,21; Cf. Hebreos 4:15; 1 Pedro 2:22). 
El dogma de la Inmaculada Concepción de María no contradice la enseñanza Paulina en Rm 3:23 sobre la realidad pecadora de la humanidad en general, la cual estaba encerrada en el pecado y lejos de Dios hasta la venida del Salvador. San Pablo enseña que Cristo nos libera del pecado y nos une a Dios (Cf. Efesios 2:5).  Esta es la enseñanza del Catecismo de la Iglesia católica, el pecado original «afecta a la naturaleza humana», que se encuentra así «en un estado caído». Por eso, el pecado se transmite «por propagación a toda la humanidad, es decir, por la transmisión de una naturaleza humana privada de la santidad y de la justicia originales». Pero Jesús tiene la potestad para preservar a su Madre del pecado aplicando a ella los méritos de su redención.
San Pablo declara que, como consecuencia de la culpa de Adán, «todos pecaron» y que «el delito de uno solo atrajo sobre todos los hombres la condenación» (Rom 5,12.18). El paralelismo entre Adán y Cristo se completa con el de Eva y María: La mujer tuvo un papel importante en la caída y lo tiene también en la redención. 
San Ireneo, Padre de la Iglesia del siglo II, presenta a María como la nueva Eva que, con su fe y su obediencia, contrapesa la incredulidad y la desobediencia de Eva. Ese papel en la economía de la salvación exige la ausencia de pecado. Era conveniente que, al igual que Cristo, nuevo Adán, también María, nueva Eva, no conociera el pecado y fuera así más apta para cooperar en la redención.

El pecado que mancha a toda la humanidad no puede entrar en el Redentor y su colaboradora. Con una diferencia sustancial: Cristo es totalmente santo en virtud de la gracia que en su humanidad brota de la persona divina; y María es totalmente santa en virtud de la gracia recibida por los méritos del Salvador. 
Entonces, lo que Pablo declara en forma general para toda la humanidad no incluye a Jesús y a María.
2- Argumento: Según algunos, María reconoce que ella era pecadora y que necesitó ser rescatada por la gracia de Dios (Lucas 1: 28, 47).
Respuesta católica: Que María se declarara pecadora es falso. Que ella se declarara salvada por Dios es cierto. En Lc 1:48 ella reconoce que fue salvada. ¿De qué? Del dominio del pecado, por gracia de Dios. Pero para eso no tuvo que llegar a pecar. Dios la salvó preservándola del pecado.
El dogma de la Inmaculada Concepción de María no niega que ella fue salvada por Jesús. En María las gracias de Cristo se aplicaron ya desde el momento de su concepción. El hecho de que Jesús no hubiese aún nacido no presenta obstáculo pues las gracias de Jesús no tienen barreras de tiempo y se aplicaron anticipadamente en su Madre. Para Dios nada es imposible. 
¿Cómo sabemos que La Virgen María fue concebida sin pecado? La fe católica reconoce que la revelación Bíblica necesita ser interpretada a la luz de la Tradición recibida de los Apóstoles y según el desarrollo dogmático que, por el Espíritu Santo, ha ocurrido en la Iglesia. De esta manera lo que esta ya en la Biblia en forma de semilla se llega a entender cada vez mejor.  

 Juan Pablo II sobre La Inmaculada Concepción
1. En la reflexión doctrinal de la Iglesia de oriente, la expresión llena de gracia, como hemos visto en las anteriores catequesis, fue interpretada, ya desde el siglo VI, en el sentido de una santidad singular que reina en María durante toda su existencia. Ella inaugura así la nueva creación.

Además del relato lucano de la Anunciación, la Tradición y el Magisterio han considerado el así llamado Protoevangelio (Gn 3, 15) como una fuente escriturística de la verdad de la Inmaculada Concepción de María. Ese texto, a partir de la antigua versión latina: «Ella te aplastara la cabeza», ha inspirado muchas representaciones de la Inmaculada que aplasta la serpiente bajo sus pies.

Ya hemos recordado con anterioridad que esta traducción no corresponde al texto hebraico, en el que quien pisa la cabeza de la serpiente no es la mujer, sino su linaje, su descendiente. Ese texto por consiguiente, no atribuye a María sino a su Hijo la victoria sobre Satanás. Sin embargo, dado que la concepción bíblica establece una profunda solidaridad entre el progenitor y la descendencia, es coherente con el sentido original del pasaje la representación de la Inmaculada que aplasta a la serpiente, no por virtud propia sino de la gracia del Hijo.

2. En el mismo texto bíblico, además se proclama la enemistad entre la mujer y su linaje, por una parte, y la serpiente y su descendencia, por otra. Se trata de una hostilidad expresamente establecida por Dios, que cobra un relieve singular si consideramos la cuestión de la santidad personal de la Virgen. Para ser la enemiga irreconciliable de la serpiente y de su linaje, María debía estar exenta de todo dominio del pecado. Y esto desde el primer momento de su existencia.

A este respecto, la encíclica Fulgens corona, publicada por el Papa Pío XII en 1953 para conmemorar el centenario de la definición del dogma de la Inmaculada Concepción, argumenta así: «Si en un momento determinado la santísima Virgen María hubiera quedado privada de la gracia divina, por haber sido contaminada en su concepción por la mancha hereditaria del pecado, entre ella y la serpiente no habría ya –al menos durante ese periodo de tiempo, por más breve que fuera– la enemistad eterna de la que se habla desde la tradición primitiva hasta la solemne definición de la Inmaculada Concepción, sino más bien cierta servidumbre» (MS 45 [1953], 579).

La absoluta enemistad puesta por Dios entre la mujer y el demonio exige, por tanto, en María la Inmaculada Concepción, es decir, una ausencia total de pecado, ya desde el inicio de su vida. El Hijo de María obtuvo la victoria definitiva sobre Satanás e hizo beneficiaria anticipadamente a su Madre, preservándola del pecado. Como consecuencia, el Hijo le concedió el poder de resistir al demonio, realizando así en el misterio de la Inmaculada Concepción el más notable efecto de su obra redentora.

3. El apelativo llena de gracia y el Protoevangelio, al atraer nuestra atención hacia la santidad especial de María y hacia el hecho de que fue completamente librada del influjo de Satanás, nos hacen intuir en el privilegio único concedido a María por el Señor el inicio de un nuevo orden, que es fruto de la amistad con Dios y que implica, en consecuencia, una enemistad profunda entre la serpiente y los hombres.

Como testimonio bíblico en favor de la Inmaculada Concepción de María, se suele citar también el capitulo 12 del Apocalipsis, en el que se habla de la «mujer vestida de sol» (Ap 12, 1). La exégesis actual concuerda en ver en esa mujer a la comunidad del pueblo de Dios, que da a luz con dolor al Mesías resucitado. Pero, además de la interpretación colectiva, el texto sugiere también una individual cuando afirma: «La mujer dio a luz un hijo varón, el que ha de regir a todas las naciones con cetro de hierro» (Ap 12, 5). Así, haciendo referencia al parto, se admite cierta identificación de la mujer vestida de sol con María, la mujer que dio a luz al Mesías. La mujer­comunidad está descrita con los rasgos de la mujer­Madre de Jesús.

Caracterizada por su maternidad, la mujer «está encinta, y grita con los dolores del parto y con el tormento de dar a luz» (Ap 12, 2). Esta observación remite a la Madre de Jesús al pie de la cruz (cf. Jn 19, 25), donde participa, con el alma traspasada por la espada (cf. Lc 2, 35), en los dolores del parto de la comunidad de los discípulos. A pesar de sus sufrimientos, está vestida de sol, es decir, lleva el reflejo del esplendor divino, y aparece como signo grandioso de la relación esponsal de Dios con su pueblo.

Estas imágenes, aunque no indican directamente el privilegio de la Inmaculada Concepción, pueden interpretarse como expresión de la solicitud amorosa del Padre que llena a María con la gracia de Cristo y el esplendor del Espíritu.

Por ultimo, el Apocalipsis invita a reconocer mas particularmente la dimensión eclesial de la personalidad de María: la mujer vestida de sol representa la santidad de la Iglesia, que se realiza plenamente en la santísima Virgen, en virtud de una gracia singular.

4. A esas afirmaciones escriturísticas, en las que se basan la Tradición y el Magisterio para fundamentar la doctrina de la Inmaculada Concepción, parecerían oponerse los textos bíblicos que afirman la universalidad del pecado.

El Antiguo Testamento habla de un contagio del pecado que afecta a «todo nacido de mujer» (Sal 50, 7; Jb 14, 2). En el Nuevo Testamento, san Pablo declara que, como consecuencia de la culpa de Adán, «todos pecaron» y que «el delito de uno solo atrajo sobre todos los hombres la condenación» (Rm 5, 12. 18). Por consiguiente, como recuerda el Catecismo de la Iglesia católica, el pecado original «afecta a la naturaleza humana», que se encuentra así «en un estado caído». Por eso, el pecado se transmite «por propagación a toda la humanidad, es decir, por la transmisión de una naturaleza humana privada de la santidad y de la justicia originales» (n. 404). San Pablo admite una excepción de esa ley universal: Cristo, que «no conoció pecado» (2 Co 5, 21) y así pudo hacer que sobreabundara la gracia «donde abundo el pecado» (Rm 5, 20).

Estas afirmaciones no llevan necesariamente a concluir que María forma parte de la humanidad pecadora. El paralelismo que san Pablo establece entre Adán y Cristo se completa con el que establece entre Eva y María: el papel de la mujer, notable en el drama del pecado, lo es también en la redención de la humanidad.

San Ireneo presenta a María como la nueva Eva que, con su fe y su obediencia, contrapesa la incredulidad y la desobediencia de Eva. Ese papel en la economía de la salvación exige la ausencia de pecado. Era conveniente que, al igual que Cristo, nuevo Adán, también María, nueva Eva, no conociera el pecado y fuera así más apta para cooperar en la redención.

El pecado, que como torrente arrastra a la humanidad, se detiene ante el Redentor y su fiel colaboradora. Con una diferencia sustancial: Cristo es totalmente santo en virtud de la gracia que en su humanidad brota de la persona divina; y María es totalmente santa en virtud de la gracia recibida por los méritos del Salvador.

Llena de Gracia, el nombre mas bello de María.
Benedicto XVI, 2006
Queridos hermanos y hermanas:

Celebramos hoy una de las fiestas de la bienaventurada Virgen más bellas y populares: la Inmaculada Concepción. María no sólo no cometió pecado alguno, sino que quedó preservada incluso de esa común herencia del género humano que es la culpa original, a causa de la misión a la que Dios la había destinado desde siempre: ser la Madre del Redentor.

Todo esto queda contenido en la verdad de fe de la Inmaculada Concepción. El fundamento bíblico de este dogma se encuentra en las palabras que el Ángel dirigió a la muchacha de Nazaret: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo» (Lucas 1, 28). «Llena de gracia», en el original griego «kecharitoméne», es el nombre más bello de María, nombre que le dio el mismo Dios para indicar que desde siempre y para siempre es la amada, la elegida, la escogida para acoger el don más precioso, Jesús, «el amor encarnado de Dios» (encíclica «Deus caritas est», 12).

Podemos preguntarnos: ¿por qué entre todas las mujeres, Dios ha escogido precisamente a María de Nazaret? La respuesta se esconde en el misterio insondable de la divina voluntad. Sin embargo, hay un motivo que el Evangelio destaca: su humildad. Lo subraya Dante Alighieri en el último canto del «Paraíso»: «Virgen Madre, hija de tu hijo, humilde y alta más que otra criatura, término fijo del consejo eterno» (Paraíso XXXIII, 1-3). La Virgen misma en el «Magnificat», su cántico de alabanza, dice esto: «Engrandece mi alma al Señor… porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava» (Lucas 1, 46.48). Sí, Dios se sintió prendado por la humildad de María, que encontró gracia a sus ojos (Cf. Lucas 1, 30). Se convirtió, de este modo, en la Madre de Dios, imagen y modelo de la Iglesia, elegida entre los pueblos para recibir la bendición del Señor y difundirla entre toda la familia humana.

Esta «bendición» es el mismo Jesucristo. Él es la fuente de la «gracia», de la que María quedó llena desde el primer instante de su existencia. Acogió con fe a Jesús y con amor lo entregó al mundo. Ésta es también nuestra vocación y nuestra misión, la vocación y la misión de la Iglesia: acoger a Cristo en nuestra vida y entregarlo al mundo «para que el mundo se salve por él» (Juan 3, 17).

Queridos hermanos y hermanas: la fiesta de la Inmaculada ilumina como un faro el período de Adviento, que es un tiempo de vigilante y confiada espera del Salvador. Mientras salimos al encuentro de Dios, que viene, miremos a María que «brilla como signo de esperanza segura y de consuelo para el pueblo de Dios en camino» («Lumen gentium», 68). Con esta conciencia os invito a uniros a mí cuando, en la tarde, renueve en la plaza de España el tradicional homenaje a esta dulce Madre por la gracia y de la gracia. A ella nos dirigimos ahora con la oración que recuerda el anuncio del ángel.
 

Oración a la Inmaculada Virgen María


Santísima Virgen, yo creo y confieso vuestra Santa e
Inmaculada Concepción pura y sin mancha.
¡Oh Purísima Virgen!,
por vuestra pureza virginal,
vuestra Inmaculada Concepción y
vuestra gloriosa cualidad de Madre de Dios,
alcanzadme de vuestro amado Hijo la humildad,
la caridad, una gran pureza de corazón,
de cuerpo y de espíritu,
una santa perseverancia en el bien,
el don de oración,
una buena vida y una santa muerte.
Amén"




 


NOVENA A LA INMACULADA CONCEPCIÓN Comienza el 30 de Noviembre para preparar la fiesta de la Inmaculada Concepción (8 de Diciembre).

Otras novenas: 
Purísima; novena   Inmaculate Conception; Novena -Maximilian Kolbe

Oraciones para todos los días de la novena:
Señal de la cruz
Canto
Acto de contriciónSeñor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero. Ante vuestra divina presencia reconozco que he pecado muchas veces y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de haberos ofendido. Ayudado de vuestra divina gracia, propongo no volver a caer más, confesarme y cumplir la penitencia que el confesor me imponga. Amén.

Oración preparatoriaDios te salve, María, llena de gracia y bendita más que todas las mujeres, Virgen singular, Virgen soberana y perfecta, elegida para Madre de Dios y preservada por ello de toda culpa desde el primer instante de tu Concepción; así como por Eva nos vino la muerte, así nos viene la vida por ti, que, por la gracia de Dios, has sido elegida para ser madre del nuevo pueblo que Jesucristo ha formado con su sangre.

A ti, purísima Madre, restauradora del caído linaje de Adán y Eva, venimos confiados y suplicantes en esta Novena, para rogarte nos concedas la gracia de ser verdaderos hijos tuyos y de tu Hijo Jesucristo, libres de toda mancha de pecado. Acordaos, Virgen Santísima, que habéis sido hecha Madre de Dios, no sólo para vuestra dignidad y gloria, sino también para salvación nuestra y provecho de todo el género humano. Acordaos que jamás se ha oído decir que uno solo de cuantos han acudido a vuestra protección e implorado vuestro socorro haya sido desamparado.

No me dejéis pues a mí tampoco, porque si no, me perderé; que yo tampoco quiero dejaros a Vos, antes bien cada día quiero crecer más en vuestra verdadera devoción. Y alcanzadme principalmente estas tres gracias: la primera, no cometer jamás pecado mortal; la segunda, un gran aprecio de la virtud, y la tercera, una buena muerte. Además dadme la gracia particular que os pido en esta Novena, si es para mayor gloria de Dios, vuestra y bien de mi alma.
[Oración particular del día (ver abajo)]
Oración finalRezar tres Padrenuestros, Avemarías y Gloria Patris a la Santísima Trinidad, y luego pide lo que por intercesión de la Inmaculada Concepción deseas conseguir de la Novena.

Bendita sea tu pureza
Y eternamente lo sea,
Pues todo un Dios se recrea
En tan graciosa belleza.
A ti, celestial Princesa,
Virgen sagrada María,
Te ofrezco en este día
Alma, vida y corazón.
¡Mírame con compasión!
¡No me dejes, madre mía!
Cantos

DÍA PRIMERO
Oración particular 

¡Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro! Así como preservaste a María del pecado original en su Inmaculada Concepción y a nosotros nos hiciste el gran beneficio de libramos de él por medio de tu santo bautismo, así Te rogamos humildemente nos concedas la gracia de portarnos siempre como buenos cristianos, regenerados en Ti, Padrenuestro Santísimo.

DÍA SEGUNDO
Oración particular

¡Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro! Así como preservaste a María de todo pecado mortal en toda su vida y a nosotros nos das gracia para evitarlo y el sacramento de la confesión para remediarlo, así Te rogamos humildemente, por intercesión de tu Madre Inmaculada, nos concedas la gracia de no cometer nunca pecado mortal, y si incurrimos en tan terrible desgracia, la de salir de él cuanto antes, por medio de una buena confesión.

DÍA TERCERO
Oración particular

¡Oh santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro! Así como preservaste a María de todo pecado venial en toda su vida, y a nosotros nos pides que purifiquemos más y más nuestras almas, para ser dignos de Ti, así Te rogamos humildemente, por intercesión de tu Madre Inmaculada, nos concedas la gracia de evitar los pecados veniales y de procurar y obtener cada día más pureza y delicadez de conciencia.


DÍA CUARTO
Oración particular
¡Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro! Así como libraste a María del pecado y le diste dominio perfecto sobre todas sus pasiones, así Te rogamos humildemente, por intercesión de tu Madre Inmaculada, nos concedas la gracia de ir domando nuestras pasiones y destruyendo nuestras malas inclinaciones, para que Te podamos servir con verdadera libertad de espíritu y sin imperfección ninguna.

DÍA QUINTO
Oración particular

¡Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro! Así como desde el primer instante de su Concepción diste a María mas gracia que a todos los Santos y Angeles del cielo, así Te rogamos humildemente por intercesión de tu Madre Inmaculada nos inspires un aprecio singular de la divina gracia que Tú nos adquiriste con tu sangre y nos concedas el aumentarla más y más con nuestras buenas obras y con la recepción de tus santos sacramentos, especialmente el de la comunión.

DÍA SEXTO
Oración particular

¡Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro! Así como desde el primer instante infundiste en María, con toda plenitud, las virtudes sobrenaturales y los dones del Espíritu Santo, así Te suplicamos humildemente, por intercesión de tu Madre Inmaculada, nos concedas a nosotros la abundancia de estos mismos dones y virtudes, para que podamos vencer todas las tentaciones y hagamos muchos actos de virtud dignos de nuestra profesión de cristianos.

DÍA SEPTIMO
Oración particular

¡Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro! Así como diste a María, entre las demás virtudes, una pureza y castidad eximia, por la cual es llamada Virgen de las Vírgenes, así Te suplicamos, por intercesión de tu Madre Inmaculada, nos concedas la dificilísima virtud de la castidad, que no se puede conservar sin tu gracia, pero que tantos han conservado mediante la devoción de la Virgen y tu protección.

DÍA OCTAVO
Oración particular
¡Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro! Así como diste a María la gracia de una ardentísima caridad y amor de Dios sobre todas las cosas, así Te rogamos humildemente, por intercesión de tu Madre Inmaculada, nos concedas un amor sincero a Ti, oh Dios y Señor nuestro, nuestro verdadero bien, nuestro bienhechor, nuestro Padre, y que antes queramos perder todas las cosas que ofenderte con un solo pecado.

DÍA NOVENO
Oración particular

¡Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro! Así como has concedido a María la gracia de ir al cielo y de ser en él colocada en el primer lugar después de Ti, así Te suplicamos humildemente, por intercesión de tu Madre Inmaculada, nos concedas una buena muerte, que recibamos bien los últimos sacramentos, que expiremos sin mancha ninguna de pecado en la conciencia y vayamos al cielo para siempre gozar en tu compañía y la de nuestra Madre, con todos los que se han salvado por ella.


LETANÍA A LA VIRGEN
Señor, tened piedad de nosotros.
Cristo, tened piedad de nosotros.
Señor, tened piedad de nosotros.
Cristo, óyenos. Cristo, óyenos.
Cristo, escuchadnos, Cristo, escuchadnos,
Dios, Padre celestial. Tened piedad de nosotros.
Dios, Hijo, Redentor del mundo. Tened piedad de nosotros.
Dios, Espíritu Santo. Tened piedad de nosotros.
Trinidad Santa, un solo Dios. Tened piedad de nosotros.


A las siguientes contestamos: “Ora pro nobis” o “Ruega por nosotros”

Santa María,
Santa Madre de Dios,
Santa Virgen de las vírgenes,
Madre de Cristo,
Madre de la Divina Gracia,
Madre purísima,
Madre castísima,
Madre inviolada,
Madre y virgen,
Madre inmaculada,
Madre amable,
Madre admirable,
Madre del buen consejo,
Madre del Creador,
Madre del Salvador,
Virgen prudentísima,
Virgen digna de veneración,
Virgen digna de exaltación,
Virgen poderosa,
Virgen clemente,
Virgen fiel,
Espejo de justicia,
Trono de la sabiduría,
Causa de nuestra alegría,
Vaso espiritual,
Vaso digno de honor,
Vaso insigne de devoción,
Rosa mística,
Torre de David,
Torre de marfil,
Casa de oro,
Arca de la alianza,
Puerta del Cielo,
Estrella de la mañana,
Salud de los enfermos,
Refugio de los pecadores,
Consoladora de los afligidos,
Auxilio de los Cristianos,
Reina de los Ángeles,
Reina de los Patriarcas,
Reina de los Profetas,
Reina de los Apóstoles,
Reina de los Mártires,
Reina de los Confesores,
Reina de las Vírgenes,
Reina de todos los Santos,
Reina, concebida sin pecado original,
Reina, asunta a los Cielos,
Reina del santísimo Rosario,
Reina de la Paz,

Cordero de Dios, que quitáis los pecados del mundo. Perdonadnos, Señor.
Cordero de Dios, que quitáis los pecados del mundo. Escuchadnos, Señor.
Cordero de Dios, que quitáis los pecados del mundo. Tened piedad de nosotros.

V. Rogad por nosotros, Santa Madre de Dios.
R. Para que seamos dignos de las promesas de Jesucristo.

ORACIÓN

Os rogamos, Señor Dios, que nos concedáis a vuestros siervos gozar de continua salud de alma y cuerpo; y que por la intercesión de la siempre Virgen Santa María, seamos libres de las tristezas de esta vida y gocemos de las eternas alegrías del cielo. Por Cristo Nuestro Señor. Amén.


viernes, 7 de diciembre de 2012

El Mensaje de Bernabé Nwoye

























Para Descargar la Devocion Completa en pdf
http://www.nuestraedad.com.mx/PPS/Preciosisima_sangre_de_Cristo.pdf

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EL MENSAJE DE BERNABÉ NWOYE
Al entrar en las muy aguardadas horas de oscuridad, predichas por muchos profetas católicos, los verdaderos hijos de Dios se enfrentan a un fuerte reto. La Iglesia Católica está sufriendo la más grande traición de parte de saboteadores subversivos (masones) que se han infiltrado y alteran la auténtica doctrina y enseñanzas de la Iglesia, para crear la apostasía final (cf. Daniel 9:21, Mateo 24:15 y II Tesalonicenses 2:3).Ahora como nunca antes, se está apresurando todo para lograr el Único Gobierno Mundial, y la "necesidad" de identificar a todos en el mundo con una marca universal (microchip-precursor de la Marca de la Bestia).En el mundo secular, la injusticia social y política reina por doquier, junto con la codicia y la avaricia, la lujuria y un endurecimiento general de los corazones hacia las cosas de Dios.Con todas estas señales o signos evidentes, la batalla entre el bien y el mal está establecida. El Padre Eterno, sabiendo por lo que tiene que pasar Su remanente, ha tomado ventaja sobre los poderes del infierno, ofreciéndonos la Devoción a la Sangre Preciosa.De todos los lugares escogidos por el Cielo para plantar una semilla de santidad, donde tenga lugar el inicio de la victoria final de la Iglesia, Nigeria fue la escogida.Desde Julio de 1995 hasta el presente. Nuestro Señor Jesucristo ha estado apareciendo a un estudiante universitario llamado Bernabé Nwoye de Olo, estado de Enugu, Nigeria. A través de este vidente. Nuestro Señor nos presenta el arma final para todos Sus hijos, para poder soportar y sobrellevar el Gran Castigo.

LOS MENSAJES

REVELACIONES CON APROBACIÓN
ECLESIÁSTICA PARCIAL

Los mensajes contienen elementos controversiales, pero han recibido el Nihil Obstat oficial del Reverendo Stephen Obiukwu, una autoridad arquidiocesana. El libro de oraciones, dictado por Jesús a Bernabé, ha recibido el Imprimatur del Obispo Ayo María Atoyebi de la diócesis de llorín. El Obispo Anthony Mbuji, de la diócesis de Nwoye designó una comisión que expresó ciertas reservas acerca de los mensajes, pero concluyó que coinciden ampliamente con la Doctrina Católica. La Devoción a la Preciosa Sangre ha sido instituida en la diócesis, y se lleva a cabo todos los jueves.


La mayoría de los mensajes fueron recibidos durante la exposición del Santísimo Sacramento en la parroquia del vidente, la iglesia de San José, Enugu, Nigeria. Los mensajes recibidos son siempre revisados y aprobados por el director espiritual de Bernabé, el Rey. Bonifacio Onah, antes de ser leídos a los presentes durante las apariciones. Los mensajes desde 1997 a 2000 fueron revisados por una Comisión Teológica ordenada por el Obispo Antonio Gbuji de Enugu. Todos ellos han recibido el Nihil Obstat del Rev. Fr. Esteban Obiukwu , encargado de Propagación de la Fe.

EL SANTO PADRE
"Oren, oren mucho por Mi Santa Iglesia. Oren aún más por Mi Papa. Muy pronto, Mi Santo Papa será sacado de Roma. El hombre del mal lo sacará, y luego será asesinado. Oren el Rosario por él. Oren para que se mantenga firme en su fe".Jesucristo, 14 de Enero, 1997


PERSECUCIÓN DEL REMANENTE

 
"Hijo Mío, escucha Yo he advertido a Mi pueblo que la hora para salvarse es corta, y que los días están contados. Uds. han visto lo que sucederá a los hijos que confían en Mí, Mis hijos fieles. Es por esto que He venido, y les he entregado el Rosario de Mi Sangre Preciosa, y les he prometido salvarlos a través de Mi Preciosa Sangre. Yo prometo también salvar a cualquier pecador que invoque Mi Sangre Preciosa. Yo dejaré caer una gota de Mi Sangre Preciosa en sus corazones, a fin de que se conviertan antes del día del desamparo..."
Jesucristo, 16 de Enero, 1997, después de mostrar a Bernabé una terrible visión de las torturas que sufrirá el remanente fiel, de manos del Anticristo.


OREN POR LOS SACERDOTES

"Hijo Mío, te digo que solamente una cuarta parte de Mis sacerdotes sobrevivirá después del Gran Castigo... Hijo Mío, reza siempre el Santo Rosario, tal como Mi Madre te lo ha ordenado. Reza el Santo Rosario de Mi Sangre Preciosa inmediatamente después del Rosario (de la Sma. Virgen). Debes hacer esto, porque la hora de la salvación es corta".
Jesucristo, 19 de Enero de 1997, después de mostrar a Bernabé la masacre final de los sacerdotes

LA DEVOCIÓN DE DEVOCIONES

"Hijos Míos, este Rosario de la Sangre Preciosa de Mi Hijo combina todas las devociones sobre Su Pasión. En el Cielo, esta oración es una de las más grandes plegarias, que aplaca la Ira del Padre Eterno y trae misericordia al mundo". Nuestra Madre Santísima, 29 de Enero, 1997. 


MEDITACIÓN SOBRE LA AGONÍA


"Hijos Míos... durante vuestra hora de meditación, piensen acerca de Mi Crucifixión, el sudor de Sangre, la Flagelación, la Corona de espinas, Mi Cuerpo traspasado, y las tres horas que colgué en la Cruz. Si me aman, tengan misericordia de Mí". Jesucristo, 4 de Febrero, 1997

TIBIEZA ESPIRITUAL

"El espíritu del mal ha causado disensión en la Santa Iglesia, en las familias, en las escuelas y en la sociedad. Cardenales luchan contra Cardenales, Obispos contra Obispos. La guerra espiritual se incrementa. Esto ha causado tibieza espiritual en muchas almas." San Miguel Arcángel, 14 de Julio, 1997

PIENSEN CUANTO LOS AMO

"Hijos Míos, cuando el mundo sujetó Mi mano derecha y la atravesó con un largo clavo, Yo grité con gran dolor. Con amor, pensé en ustedes, y ofrecí Mi dolor por vuestra sanación y salvación. Mediten en Mi agonía, que soporté por vosotros. Piensen cuanto los amo." Jesucristo, 4 de Julio, 1998

LA AGONÍA SE ACRECIENTA
"Hijos Míos... ¿saben que cada minuto que pasa crece rápidamente la iniquidad? Al aumentar los pecados en el mundo, Mi agonía se acrecienta. Es por esto que busco alguien que Me consuele..." Jesucristo, 24 de Julio, 1998.

ABORTOS 

"El número de bebés inocentes abortados diariamente es muy grande. La sangre de estos niños conmueve Mi Corazón agonizante, e incrementa Mi agonía. Consuélenme hablando y enseñando estos mensajes". Jesucristo, 29 de Julio, 1998.

ABANDONO EN EL TABERNÁCULO

"Hijo mío... Yo permanezco por tí en el Sacramento del Amor... prisionero por tí, esperando pacientemente. Tú, raramente te acercas a Mí, porque no recuerdas que estoy prisionero por tí. Hijo Mío... Mi agonía aumenta enormemente cuando veo la frialdad, la negligencia y el descuido con que te acercas a la Santísima Trinidad, cuya presencia llena el Santuario". Jesucristo, 10 de diciembre, 1998, en uno de los Angustiosos Llamados que componen las oraciones de Reparación.

VENGAN A GETSEMANI

"Hijos, Yo estoy en Getsemaní por vosotros y por Mi pueblo en el mundo entero. Estoy en Getsemaní siempre, por la hora que se aproxima, la hora dolorosa, tan terrible y aterradora. Hijos... ¿cuántos sobrevivirán? Por el amor que siento por vosotros y por todos los hombres, estoy aquí en Getsemaní, pidiéndoles que vengan y velen Conmigo. Permanezcan en Getsemaní Conmigo para que no se den por vencidos cuando llegue la hora." Jesucristo, 15 de Marzo, 1999, llamando a todos Sus hijos a permanecer un tiempo con El cada Jueves de 11 p.m. a las 3 am. del Viernes, en la "Hora de Getsemaní".


ÚNANSE A LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA

"Mi sufrimiento es grande... únanse a Mí en la batalla contra el dragón infernal, todos aquellos que están sellados con la Sangre del Cordero. Luchen Conmigo contra las herejías que destruyen la Iglesia. No teman si son muchos. A través de la Sangre del Cordero sin mancha, la fe de la verdadera Iglesia, su verdadera doctrina y su santidad serán pronto restauradas". Santísima Virgen María, 7 de Mayo, 1999.

ADOREN MI SANGRE

"Hijos, muchos están invocando la Sangre, pero no la están adorando... Todos los que adoran Mi Sangre Preciosa, consuelan a Mi Padre que tanto ama a Su Hijo. Cuando ustedes adoran Mi Sangre, atenúan los dolores de Mi Sagrado Corazón. El Corazón adolorido de Mi Madre también será consolado". Jesucristo, 22 de Julio, 1999.

PERMANEZCAN FIELES A JESÚS

"Permanezcan fieles a Jesús. Cuando se enfrenten a algo que puede hacerlos caer, manténganse firmes en la fe. Ese tiempo puede ser un tiempo de decepción, y resequedad. Sepan que Jesús ha abierto la puerta, y nadie tiene el poder de cerrarla, excepto El, Cuando llegue ese tiempo, oren más fervorosamente. Sepan también, que el tiempo de alegría y gozo está cerca". San Miguel Arcángel, 28 de Julio, 1999.


RAZONES DE LA AGONÍA DE CRISTO

"La Santa Misa, Mi camino al Calvario por vuestra redención, está siendo convertida por el enemigo en un mero servicio".

"Mi agonía es grande cuando veo a muchos de Mis Sacerdotes que permiten que manos no consagradas repartan Mi Sagrado Cuerpo y Sangre... Mi agonía es grande cuando veo gente recibiendo la Santa Comunión en la mano..." *(ver nota)

"Mi agonía es grande cuando veo Mi Santo Templo profanado: echan fuera la Gloria de Dios. Hijo, la abominación desastrosa ha invadido la Iglesia, se ha sentado en el Lugar Santo..."

"Mi agonía es grande al ver el plan del maligno, de destruir Mi Iglesia con la ordenación de mujeres como sacerdotes. Mi agonía es grande al ver como el enemigo llena los corazones de Mis Sacerdotes con el deseo infernal de casarse…

"Mi agonía es grande al ver los millones de almas que mueren diariamente, y casi todas van al Infierno a causa de los pecados de la carne. Hijo Mío, sufro aún más por el río de sangre de los bebés no nacidos, que se aumenta cada día. Esta sangre conmueve al Cielo más que la sangre de Abel!"

Jesucristo, 12 de noviembre. 1999, en un extenso llamado a hacer reparación por los pecados por los cuales continúa agonizando en nuestro tiempo.


*Nota: Respecto a la comunión en la mano, el Papa Juan Pablo II declara:

"¡Cuan elocuentemente nos habla el rito de la unción de las manos de los sacerdotes en nuestra ordenación Latina, de que una gracia especial y el poder del Espíritu Santo son necesarios precisamente para las manos Sacerdotales! Tocar las sagradas especies, y distribuirlas con sus propias manos es un privilegio de los ordenados". (Dominicae Canae, 24 de febrero, 1980)

"No está permitido que los fieles por sí mismos tomen el pan consagrado y el sagrado cáliz, y menos aun que lo pasen de uno a otro" (lnaestimabile Donum, Jueves Santo, 3 de Abril 1980)

OBEDEZCAN A LA IGLESIA

"Hijos, deben obedecer a la iglesia, no al maligno. Cualquiera que trate de destruir la Iglesia está contra Ella. La Iglesia es Mi Cuerpo. Les ruego no se peleen con mi clero Más bien, oren por ellos. Yo soy quien los escogió, y los puso donde están".Jesucristo, 5 de Enero, 2000.

MI MADRE HA VENIDO MUCHAS VECES

"Mi Madre ha venido a ustedes muchas veces para advertirles acerca de la hora que se aproxima. Ella ha visto los desastres que vendrán sobre ustedes. Ha llorado por ustedes. Ha llorado lágrimas de sangre por ustedes, y todavía no entienden lo que se aproxima. Yo he sudado sangre en gran agonía por ustedes. También he vertido lágrimas y sangre por amor a ustedes. Y todavía no entienden el tiempo que viven".Jesucristo, 7 de Abril, 2000

 
EL SUFRIMIENTO NO ES EN VANO
"El sufrimiento cuando se está bajo obediencia, gana muchas gracias. Aquellos que entienden esto, se gozarán en sus sufrimientos y su persecución. Porque en el sufrimiento de la Santa Cruz está la verdadera felicidad. Si entendieran y oraran pidiendo sufrimientos y persecución, apresurarían la llegada del Glorioso Reino. A medida que se acreciente el sufrimiento la hora de la paz se acerca más". San Francisco de Asís en conversación con otros Santos, 15 de Julio, 2000
LA CRUZ DE LA VERDAD

"Vuestro nombre está escrito en el Libro de la Vida. Yo reduciré millones de años en vuestro Purgatorio por cada verdad que salga de vuestra boca. De la misma manera, millones de años serán agregados a vuestro Purgatorio por cada mentira que salga de vuestra boca. Hijos, les hago este llamado: reciban de Mí la Real Cruz de la Verdad".Jesucristo, 24 de Julio, 2000
USTEDES ESTÁN LLAMADOS A VENIR


"Aunque sea la hora de la Gran Confusión, la hora del desamparo, los llamo: vengan a Mí. Aunque sean días dolorosos, Yo los llamo para que vengan a Mi. Hijos, oren para que puedan venir. Tengan todo preparado antes de que vengan esos días. La hora está próxima." Jesucristo, 7 de Agosto, 2000

HUMILDAD Y PUREZA

"Al perder a Mis seres queridos, José y a Mi amado Jesús, satanás Me tentó para que Me desesperara. Pude superar esto, no por energía humana, ni por violencia o gritando, sino por el Fuego de la Pureza y el Poder de la Humildad. Yo soy la Mujer que aplastó la cabeza de satanás". Nuestra Madre Bendita, 28 de Junio, 2001
 
EL CAMINO DE ESPINAS
"Hijos... les digo, no hay nada valioso en esos sitios de placer y gozo. No hay nada valioso en la vida fácil. Todos los tesoros más preciosos: quiero decir, tesoros del Cielo, están escondidos en la vida llena de espinas.

Miren, Yo escogí el camino del Calvario, el camino de dolor, el camino sangriento, lleno de dolor y agonía, por vuestra salvación. No pude encontrar otro camino de salvación que el camino doloroso. Hijos, no rechacen el camino del Calvario. Aunque es doloroso, el final está lleno de felicidad". Jesucristo, 12 de Septiembre, 2001, durante un retiro de reparación de cinco días en el mes de Septiembre.

VISIÓN DEL ANTICRISTO

Jesús dijo: "¡Bernabé, mira!"

Bernabé relata: "Nuestro Señor señaló hacia el este, y vi una enorme bestia con siete cabezas y diez cuernos saliendo del mar. Mientras observaba, la bestia se convirtió en un hombre, que lucía como un soldado. En este momento, la visión terminó, y volví en mí". Visión recibida el 15 de Septiembre, 2001, durante el retiro de reparación de Septiembre.



EL REGALO DEL GRAN SELLO

El regalo del Sello ha promovido mucho interés entre los fieles, y por lo tanto es necesaria mucha exactitud en la explicación. Como podemos leer en la Biblia, cuando los israelitas salieron hacia la Tierra Prometida, fueron instruidos por el Señor a través de Moisés para rociar sangre de corderos en las jambas de las puertas. Esta sangre serviría como un "sello" de protección contra el Ángel de la muerte, enviado a castigar a los egipcios (Éxodo 12, 21-28)


Un sello, en el sentido espiritual, es algo extremadamente importante que concede el Espíritu Santo a una persona, para soportar los ataques y pruebas causados por satanás y sus agentes. En los mensajes de la Devoción a la Preciosa Sangre, Jesús reveló a Bernabé que un don precioso sería concedido a todos los devotos. El 11 de Diciembre de 1998, Bernabé presenció una visión de Jesús, descendiendo con un cáliz que tenía encima una lengua de fuego. Rayos divinos partían del cáliz. Jesús dijo:


"Hijos Míos, reciban esto... esto es Mi Sangre, la Sangre de vuestra redención. Abran sus corazones a Mi Gran Sello".

Jesús explicó que El deseaba crear dentro de nuestros corazones, un tabernáculo viviente para residir en él. El ofrecimiento de un corazón a El es de gran importancia, ya que en los tiempos finales, cuando muchos tabernáculos serán profanados y cerrados, serán nuestros corazones los que guardarán la presencia de Jesús en nosotros. Los tiempos que vendrán serán también de severas pruebas y sufrimientos, y como se ha profetizado, muchos estarán espiritualmente ciegos, y caerán en las redes del Anticristo. El regalo del Sello es una fuente de fortaleza y gracia para permanecer firmes en nuestra fe. Sobre esto, dijo Jesús el 9 de Julio de 1999:

"Recibe tu sello ahora, a fin de que no estés reseco cuando entres en el desierto de aridez. En ese tiempo, todos los que estén sellados serán fortalecidos por Mi Preciosísima Sangre. Sus almas débiles se volverán valerosas".

Explicando como un alma sellada está rodeada por Huestes Celestiales, Jesús dijo en el mismo mensaje:

"Regocíjate, oh Jerusalén, porque en ti fue construido Mi Tabernáculo de amor. El océano de Mi Preciosísima Sangre brotará y renovará el mundo. Estás rodeado por multitud de Ángeles del Cielo, que te guardarán día y noche. Nadie tiene el poder de destruirte nuevamente".

Los devotos reciben el Sello por la ardua lucha por permanecer en estado de Gracia Santificante, especialmente en el período especificado para el Sello. Jesús indicó que el Sello debería ser distribuido cada Viernes del año, entre las horas del Sello, de 12 medianoche a 3 de la mañana, especialmente en los siguientes períodos:

Segundo Viernes de Diciembre, continuando todos los Viernes del mes, hasta el Primer Viernes de Enero.

Primer Viernes de Abril continuando todos los Viernes, hasta el Primer Viernes de Mayo.

Cada Viernes del gran mes de Julio (el mes generalmente dedicado a la Sangre Preciosa).

Antes de recibir el Sello, los devotos deben tratar de llevar a cabo cinco meses consecutivos de Horas de Getsemaní, tiempo en que todas las oraciones dictadas por Jesús, se rezan. Luego en una Misa votiva de la Sangre Preciosa, los devotos son consagrados, y a través de las bendiciones del sacerdote, las almas son selladas.

Cualquier sacerdote puede realizar la consagración especial dictada a Bernabé, y así el Sello será recibido. Esto, en cualquier parte del mundo.


Nuestro Señor indicó que la Misa del Sello fuera oficiada el tercer Viernes del mes, entre las horas del Sello, 12 media noche a 3 de la mañana, si es posible.

Es también importante para los devotos renovar este Sello de tiempo en tiempo. La renovación del Sello puede ser hecha personalmente cada Viernes en las horas del Sello. Lo que importa es que la persona esté en ambiente de oración y devoción, bien sea en su propia casa o en la iglesia.

Si la persona está trabajando, entonces Jesús simplemente pide que trabaje con espíritu de mortificación. Una renovación de un grupo de oración puede ser llevada a cabo en el tiempo apropiado, y en las horas especificadas.

Para evitar perder el Sello, se deben evitar con todo esfuerzo, las ocasiones de pecar. Es por esto que es tan importante renovar el propio Sello de tiempo en tiempo. También se debe permanecer fiel a la Devoción.

EL CRUCIFIJO AGONIZANTE

Nuestro Señor también ha otorgado a la Devoción de la Preciosa Sangre, un sacramental muy poderoso, del cual dijo que sería un arma "clave" contra toda clase de calamidades.

El 5 de Enero de 2000, Bernabé presenció una visión, en la cual Jesús caminaba solo en el desierto. El vidente relata que al acercársele Jesús, le entregó a Bernabé un crucifijo, al tiempo que decía:

"Bernabé, toma esto..."

Luego de entregarle el crucifijo, Jesús continuó:

"Este es tu Señor crucificado, el que te ama. Es a El a quien diariamente tú crucificas. Acéptalo de parte Mía, y llévalo siempre contigo. Muéstralo al mundo... haz que todos los hombres lo tengan también... Hijos... esto es lo que me producen vuestros pecados..."

El vidente, observando más de cerca el crucifijo, notó que la diferencia era que las llagas y heridas del cuerpo de Nuestro Señor se notaban mucho. La Sangre manaba constantemente de él. En el crucifijo estaba escrita esta inscripción: "Yo soy el Agonizante Jesucristo, que te ama".

Nuestro Señor ha concedido muchas promesas al Crucifijo, que incluyen que en los días del Anticristo, toda casa que posea este sacramental, será protegida de todo daño y que muchas sanaciones y liberaciones serían realizadas a través del Crucifijo.

Este Crucifijo Agonizante es recibido por los devotos el día de su consagración, junto con una insignia que les recuerde que están sellados.