FUENTE INAGOTABLE DE LUZ

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Sagrados Corazones Unidos del AMOR SANTO

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Sagrados Corazones de Jesús y María, unidos en el amor perfecto,

jueves, 17 de julio de 2014

Oración al Espíritu Santo

Grupo de Oración: Restaurados por el Espíritu Santo

03/07/2014
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Grupo de Oración: Restaurados por el Espíritu Santo 

Con alegría te invitamos a participar de nuestro grupo de oración con Salette Ferreira, misionera de la Comunidad Canción Nueva. Juntos meditaremos la Palabra de Ezequiel 36,25-26. Con cantos pedimos: Con señales y prodigos, en nosotros derrama tu Espíritu: ¡Restaura mi vida Señor!
“Los rociaré con un agua pura y quedarán purificados; los purificaré de todas sus impurezas y de todos sus inmundos ídolos. Les daré un corazón nuevo y pondré dentro de ustedes un espíritu nuevo. Quitaré de su carne ese corazón de piedra y les daré un corazón de carne. Pondré dentro de ustedes mi Espíritu y haré que caminen según mis mandamientos, que observen mis leyes y que las pongan en práctica.” Ezequiel 36,25-26




Participa de más grupos de Oración aquí:
=> Jesus presente en la Eucaristía, reaviva tu fe 
¡Dios te bendiga!
Comunidad Canción Nueva 

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lunes, 7 de julio de 2014

Adoración Eucaristíca en la vida y en la misión de la Iglesia

En frente de la Eucaristía hay un momento en que el Espíritu Santo te hace caer en la cuenta que aquello que ves con tus ojos, es la Presencia Real de Cristo, de ahí nace el don de la piedad, que nos ayuda a desarrollar en nosotros ese sentimiento para adorarlo. 

Dios nos da a través de la Adoración la fuerza del Espíritu, para anunciar a Jesucristo; ya que el mundo no puede vivir sin el amor de Dios, sin la verdad de Dios que es la verdad del hombre. 

En este segundo programa de la serie "De lo visible a lo invisible", H.M. Televisión y la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos os invitan a redescubrir la importancia de la Adoración Eucaristíca en la vida y en la misión de la Iglesia. Este vídeo incluye entrevistas a: Cardenal Antonio Cañizares, Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos S. E. Mons. José Ignacio Munilla, Obispo de San Sebastián (España) S. E. Mons. Marc Aillet, Obispo de Bayona (Francia) Mons. Piero Amenta, Tribunal de la Rota Romana Don Gabriel Díaz Azarola, sacerdote diocesano de Getafe (España) Hna. Blanca Fuentes Casal, Sierva del Hogar de la Madre

 

¿COMULGAR SIN CONFESARSE?





CONFESIONARIOS VACÍOS
Por Lic. Oscar Méndez Casanueva


Dice San Pablo, divinamente inspirado, que quien comulga en pecado mortal "come y bebe su propia condenación".
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De ahí la necesidad que nuestra alma esté limpia de todo pecado mortal para que pueda Cristo ser recibido por nosotros. De ahí la necesidad -también- de la confesión sacramental para todo aquel que se sepa en pecado grave. Recibir el Cuerpo y la Sangre de Cristo en la comunión sin estar perdonados por la confesión sacramental es un pecado gravísimo que se llama sacrilegio. Todo aquél que está en pecado grave, todo aquél que no esté en gracia santificante -misma que se obtiene por la absolución personal en el sacramento de la confesión-, todo aquél que viva en ese estado y no se confiese o se confiese mal (sin verdadero arrepentimiento e intención de evitar el pecado; es decir sin contrición y propósito de enmienda) y comulga sacramentalmente, está "comiendo y bebiendo su propia condenación", según la Palabra de Dios.
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Quienes no creen o no obedecen la moral que la Iglesia enseña, quienes no desean seguir las normas morales que Dios exige y el magisterio custodia, no deben -por ninguna excusa- acercarse a recibir la Sagrada Eucaristía.

Luego, es fundamental estar en gracia santificante para comulgar. ¡Qué importante es que vivamos en gracia y qué importante es que comulguemos con frecuencia! Pero que importante es, también, hacerlo con las debidas condiciones y con el amor necesario a Dios, estando conscientes que, precisamente, estamos recibiendo a Dios mismo presente en la hostia consagrada. Recibamos a nuestro Creador y Redentor, recibámoslo como lo que es: Nuestro Dios y Salvador, nuestro Rey y Señor.

Qué tristeza es ver que muchos viven conforme al mundo y de manera contraria a la Ley de Dios, y sin cambiar de actitudes ni confesarse van a recibir a Dios vivo presente en la hostia sin el menor discernimiento de lo que hacen, sólo por el qué dirán los demás y sin pensar en lo que Dios sí dice de esto. Es el lamentable "modernismo" que los ha impregnado, es la inconsciencia de lo que es recibir a Dios, es el permanecer en sus errores y en su vida de pecado, creyendo en un falso dios bonachón hecho a su gusto, medida y conveniencia.

Y qué tristeza es ver, también, que muchos sacerdotes "modernistas" no enseñan ya esta doctrina católica y con su silencio son cómplices del sacrilegio. Hay en ello mucha culpabilidad y Dios les pedirá cuentas. Algunos fieles tendrán el atenuante de su ignorancia (cuando ésta no sea culpable), mismo que no se presenta en los sacerdotes que, como tales, están bien instruidos y callan por contemporizar con el mundo o por una fe débil, o por poco celo pastoral y exiguo amor a las ovejas que les han sido encomendadas.

Urge, hoy, que los pastores vuelvan a hablar y enseñar esta doctrina tan olvidada por muchos o desconocida -incluso- de las nuevas generaciones. Si es tan común que nadie la cumpla, ¿les costaría mucho esfuerzo que nos la recordaran -aunque sea brevemente- durante cada celebración litúrgica?

Resulta contrastante ver tantos comulgantes y vacíos los confesionarios. ¿En verdad todos ellos estarán en gracia y no requerirán confesarse? Sin intentar penetrar en la conciencia de alguien en particular, las matemáticas parece que no cuadran y nos indican la tremenda realidad y el significado de este hecho. ¿O será realmente que alguien pueda vivir años y años sin el menor pecado mortal? Ciertamente puede ser el caso de algunas almas buenas. ¿Cuántas serán? Sólo Dios lo sabe. Si así fuera la situación de algunos, deben recordar, también, que existe el mandamiento de la confesión anual. ¿Pero, realmente, la mayoría que lleva meses y meses o años y años sin confesarse, tiene limpia la conciencia de cualquier pecado grave como para saberse en gracia santificante y poder recibir a Cristo vivo y realmente presente en la Eucaristía? ¿Y no contribuirán a este mal -de la comunión sin confesión- aquellos sacerdotes que ya no están disponibles habitualmente en el confesionario.

Por parte de muchos sacerdotes: Omisión de enseñar esta doctrina y poco o nulo tiempo en el confesionario.

Por parte de muchísimos fieles: Poca instrucción que genera -en muchos casos- una ignorancia culpable. En otros, un descuido irredento por los asuntos de Dios y un vivir de acuerdo a las máximas del mundo, adecuando la moral y las enseñanzas de Dios y de la Iglesia a sus propios caprichos y criterios personales. Todo ello, lleva a la sacrílega comunión en pecado grave y sin confesión sacramental, que los hace comer y beber su propia condenación.

En ambos casos, una multitud que comulga y los confesionarios....¡vacíos!.

FRUTOS DE LA ADORACIÓN EUCARÍSTICA


"UNA DULCÍSIMA PROPUESTA: LA ADORACIÓN"



Los frutos de Adorar al Señor vivo y presente en la Sagrada Eucaristía.




El P. Justo Lofeudo nos cuenta de testimonios de frutos de adoradores.


Sobre el tema de los ULTIMOS TIEMPOS



Libro del Dr. Rafael Arango


TESTIMONIO DE RAMI SÁNCHEZ SÁNCHEZ, Curación de forma súbita





Testimonio de Rami Sánchez Sánchez, curada por la Virgen se forma súbita y completa de una hemiplegia y mudez en Can Cerdá, milagro acreditado por el equipo médico que la controlaba.