MADRE DE DIOS Y MADRE NUESTRA
Virgen niña, Virgen
morena, que has puesto en el Cerrito del Tepeyac tus pies ante Juan Diego, para
transmitir tu amor celestial a este pueblo sencillo, que ahora se pierde en el
caos del miedo.
Niña buena, Madre
nuestra, no dejes de posar tu mirada en estos hijitos tuyos, protégenos y
líbranos del maligno que nos acecha, y aleja la maldad de los corazones de
quienes se han envenenado y se han alejado de Tu Jesús.
Niña Virgen, Madre
del Cielo, no permitas que nuestra nación, sufra y se pierda.
¡Bendita seas Señora
María de Guadalupe!
Intercede por nuestro
pueblo mexicano, por todo el continente Americano y extiende tu amor al mundo
entero para que sea salvado.
Amén.
REVISTA
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