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Sagrados Corazones Unidos del AMOR SANTO

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Sagrados Corazones de Jesús y María, unidos en el amor perfecto,

miércoles, 11 de julio de 2012

Revistiéndonos con la Armadura de Dios



La vida de todo ser humano, esté conciente de ello o no, está llena de batallas… más aún la de un cristiano comprometido, que busca seguir el camino de la santidad al que le llama Jesús… por eso san Pablo nos aconseja que nos revistamos con la Armadura de Dios…
Esta oración se basa en un pasaje de la carta a los Efesios (6, 13-18)… y más que una oración, más que algo que nos “ponemos”… se trata de un estilo de vida… pues revestirse de la armadura de Dios es revestirse de Jesucristo mismo…

Oración para revestirse con la Armadura de Dios
(basada en Efesios 6, 13-18)
Padre Celestial, yo ahora, por la fe, pido la protección de tu armadura para que pueda permanecer firme contra Satanás y todas sus huestes y, en el nombre del Señor Jesús, vencerlas.
Yo acato tu verdad contra las mentiras y los errores del enemigo astuto.
Yo tomo tu justicia para vencer los malos pensamientos y las acusaciones de Satanás.
Yo tomo el equipo del Evangelio de la paz y dejo la seguridad y las comodidades de la vida para combatir al enemigo.
Y, por encima de todo, tomo tu fe para cerrar el camino de mi alma a las dudas e incredulidades.
Yo tomo tu salvación y confío en Ti para que protejas mi cuerpo y mi alma contra los ataques de Satanás.
Yo tomo tu Palabra y oro para que el Espíritu Santo me capacite para usarla eficazmente contra el enemigo, para cortar toda esclavitud y para liberar a todo cautivo de Satanás, en el poderoso y conquistador nombre de Jesucristo, mi Señor.
Yo me visto con esta armadura, viviendo y orando en completa dependencia de Ti, bendito Espíritu Santo.
Amén.

Oración
Señor Jesús, quiero en este momento clamar al poder redentor de tu Sangre, lavando nuestra mente, nuestro conciente, subconsciente e inconsciente. Queremos pedir, oh Padre, que todas las fortalezas que el maligno ha erguido en nuestra mente sean destruidos ahora en el Nombre y autoridad de Cristo Jesús y por el poder de Su Preciosa Sangre. Amén.

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