El próximo domingo celebraremos en la Iglesia, la Venida del Espíritu Santo, meditaciones, oraciones y videos, para nuestra preparación
El amor de Dios
El amor de amistad es mutuo. Dios nos ama por el Espíritu Santo, y para que nosotros correspondamos a ese amor infinito con un amor creado ciertamente, pero sobrenatural y divino, el Espíritu Santo, al dársenos, derrama en nuestras almas una imagen suya, la caridad; y ésta llega a hacerse tan perfecta que puede decirse que Dios y nosotros formamos un mismo amor, un mismo Espíritu, como lo enseña san Pablo: “Quien se une al Señor en un solo espíritu con él”.
Hay, pues, entre el Espíritu Santo y la caridad, una unión estrechísima: ni el Espíritu Santo se nos da sin difundir la caridad en nuestros corazones, ni puede haber en las almas amor de caridad sin que, por ese mismo hecho de amar así, venga a las almas el Espíritu Santo.
Por consiguiente, la razón profunda de que Dios habite en nosotros, de que Él permanezca en nosotros y nosotros en Él, es el amor: el amor de Dios que desciende hasta las profundidades de nuestras almas; el amor nuestro por sus exigencias irresistibles atrae al Dios de los cielos y lo cautiva con los vínculos de la caridad, son esos dos amores que se buscan, que se encuentran, que se funden; es por parte de Dios, el Espíritu Santo que se nos da, y por parte nuestra es la caridad, imagen del Espíritu Santo, que no puede separarse del divino original.
Mons. Luis María Martínez y Rodríguez.
Cántico del amor
Al Espíritu Santo debe amársele como se ama la belleza, como se ama el cántico del amor; porque el Espíritu Santo es como el cántico sustancial de Dios, ese cántico que se derrama en el universo.
Puesto que el Espíritu Santo es la consumación, el alma que lo ama debe ser perfecta y consumada en todo.
El alma que ama con el Espíritu Santo es fidelísima a sus santas inspiraciones, como una lira delicadísima que canta al menor soplo del viento.
Mons. Luis María Martínez y Rodríguez.
Ver por los ojos de Jesús
¡Ver por los ojos de Jesús, y que Jesús vea por los nuestros!
¡Hablar como hablaba Jesús, y que Jesús hable por nuestros labios!
¡Amar como amaba Jesús, y que Jesús ame con nuestro corazón...!
Vivir, como Jesús, en la intimidad de María y de san José, y ellos íntimos con nosotros.
Amar a la Iglesia, nuestra madre, como Jesús y María la amaron, y que ella cuente con nosotros como con sus hijos.
¡Qué hermoso programa de vida puede realizar en nosotros el Espíritu Santo!
P. Félix de Jesús Rougier, M. Sp. S.
¡Ven Espíritu Santo!
¡Ven Espíritu Santo! ¡Ven a transformarme en Cristo para que también en mí se complazca el Padre Celestial!
¡Ven a darme ese amor apasionado por María Inmaculada, quiero con Ella y por tu acción, comunicar a los demás a Jesús!
¡Ven a darme la generosidad que me falta!
¡Ven a quitar los temores de mi alma!
¡Ven a darme tu paz para comunicar a los demás!
¡Ven Espíritu Santo a convertirme en mensajero de pureza y en una llama de Amor a Ti y a mis hermanos!
¡Ven a moldearme como Tú quieres! Todos mis deseos los someto al Tuyo.
¡Ven, poséeme para siempre! Así sea.
¡Ven a darme ese amor apasionado por María Inmaculada, quiero con Ella y por tu acción, comunicar a los demás a Jesús!
¡Ven a darme la generosidad que me falta!
¡Ven a quitar los temores de mi alma!
¡Ven a darme tu paz para comunicar a los demás!
¡Ven Espíritu Santo a convertirme en mensajero de pureza y en una llama de Amor a Ti y a mis hermanos!
¡Ven a moldearme como Tú quieres! Todos mis deseos los someto al Tuyo.
¡Ven, poséeme para siempre! Así sea.
P. Pablo María Guzmán, M. Sp. S.
¡Ven a reinar, Don precioso del Padre y del Hijo!
Oh Espíritu Santo, Jesús dijo que quien lo amara observaría su doctrina, pero Tú eres el único amor que lleva a esa observancia y quien nos dispone a ser templos de la adorable Trinidad.
Enséñanos los secretos de amor que encierran las palabras de Jesús, queremos comprenderlas, queremos vivirlas.
Él aseguró que Tú nos enseñarías todo, que nos descubrirías el secreto de tus palabras.
¡Ven a reinar, Don precioso del Padre y del Hijo!
¡Ven a reinar, Don precioso del Padre y del Hijo!
¡Ven a Reinar, fuego divino que ha de consumir tanta miseria y pecado! ¡Ven a reinar en aquellos que suspiran por ser de Jesús!
P. Pablo María Guzmán, M. Sp. S.
Consagración del propio corazón
Espíritu Santo, te consagro mi corazón con todos sus afectos que, cautivado únicamente por tu amor, halle siempre en Ti la paz y la fuerza, la luz y todos sus dones y frutos.
Concepción Cabrera de Armida.
Bendición del Espíritu Santo
Que el Espíritu Santo, fuente de toda Pureza, te la comunique por medio de la Cruz y del Amor, y guarde tu cuerpo y tu alma siempre puros y sin mancha hasta la vida eterna. Amén.
Concepción Cabrera de Armida.
El don de Sabiduría
La Cruz es la verdadera Sabiduría de los Santos. La Sabiduría increada, Dios mismo, fue el que escogió la Cruz para la Redención del mundo; la persona verdaderamente sabia se crucifica. ¡Dichoso quien tiene este riquísimo don!
Concepción Cabrera de Armida.
Don de Sabiduría 1er día
http://www.youtube.com/watch?v=ZRDVlARYt0E&feature=relmfu
El don del Entendimiento
El don del Entendimiento es un don intelectual, como el de Ciencia y Sabiduría, pero con sus cualidades propias. Hace conocer el alma los secretos de la gracia y le descubre sus insondables arcanos. El Espíritu Santo imprime en el entendimiento las verdades y los misterios de la Divinidad; es el agente del amor, porque comunica al alma sus luces y la hace amar lo único digno de ser amado.
¡Oh Dios de amor, oh amor de Dios! ¿En dónde estás que no me consumes? Dame ese don de Entendimiento para conocerte y conocerme, para amarme y saber quien soy.
Concepción Cabrera de Armida.
Don de Entendimiento 2do dia
http://www.youtube.com/watch?v=7QGUwaLgPU8&feature=relmfu
El don de Consejo
Oh, Espíritu amado, aunque no lo merecemos, haznos escuchar tus suavísimos consejos que nos librarán de todo mal. Maña nuestro interior con la dulzura de tu voz y enséñanos a cumplir siempre la divina voluntad sin vacilar.
Oración, amor y renuncia a nosotros mismos nos pides para regalarnos este tesoro; ayúdanos, pues, ilústranos, abrásanos y danos tu don de Consejo. Que tu fuego devorador consuma toda la escoria de nuestro interior.
Amén.
Amén.
Concepción Cabrera de Armida.
Don de Consejo 3er día
http://www.youtube.com/watch?v=Tuy1oKRe-q4Secuencia al Espíritu Santo-Hermana Glenda.pps 3039 K Ver Descargar |
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